En Busca De La Droga De Iniciación: Cannabis Vs. Alcohol
Durante décadas, hemos escuchado a padres, maestros, científicos y políticos referirse al cannabis como una droga de iniciación. Pero, ¿es la solución al problema de la adicción y el uso indebido de drogas tan simple como culpar a una sola sustancia? Y en ese caso, ¿seguro que esa sustancia es el cannabis?
Bienvenidos a los Editoriales de Zamnesia donde nuestro redactor, Steven, comparte su opinión sobre todo lo relacionado con la marihuana, el CBD y el sector de las smartshops. Recuerda: las opiniones expresadas en estos artículos pertenecen al autor y no reflejan necesariamente el parecer de Zamnesia como compañía. Para compartir tus opiniones con nuestro autor y equipo, no olvides escribir un comentario.
Te fumas un porro una noche y al día siguiente te despiertas con una aguja en el brazo. Para quienes crecimos en los 80, 90 y 2000, la teoría de la "droga de iniciación" fue el eje de nuestra educación sobre el consumo de sustancias.
Creciendo en Suiza en la década de los 90, mis padres nos paseaban en coche por delante de la Platzspitz de Zúrich para enseñarnos "lo que pasa cuando tomas drogas". Y el cannabis estaba considerado como una forma segura de reservarte un sitio entre los adictos inconscientes que yacían a la intemperie.
Los profesores y los programas de educación sobre drogas nos machacaban constantemente con este mensaje. Incluso hoy en día, algunos padres, políticos y hasta científicos debaten sobre si las sustancias como el cannabis son una puerta de entrada al consumo de "drogas más duras".
Pero ¿qué hay del alcohol? Es legal y muy fácil de obtener, y, como cualquier otra sustancia, afecta al comportamiento y a la toma de decisiones. ¿Podría ser el alcohol la "auténtica" droga de iniciación?
¿CÓMO AFECTA EL ALCOHOL AL CEREBRO?
El alcohol hace algo muy bien: cambia la manera en que nos sentimos. Y lo hace influyendo en la forma en que se comunican las células del cerebro entre ellas.
Estas células, más conocidas como neuronas, utilizan neurotransmisores para comunicarse. Los neurotransmisores son una especie de mensajeros químicos minúsculos que transportan mensajes de una neurona a otra.
El alcohol afecta de forma directa a la transmisión de ciertos neurotransmisores del cerebro. Más concretamente, el alcohol inhibe la transmisión del glutamato, a la vez que aumenta la del GABA. El glutamato es un neurotransmisor excitatorio que hace que las neuronas tengan mayor propensión a activarse, mientras que el GABA es un neurotransmisor inhibidor que tiene el efecto contrario.
Como consecuencia, el flujo de información que atraviesa el cerebro comienza a desacelerarse. Por eso, cuando estamos borrachos, sentimos, percibimos y notamos menos cosas. También es lo que hace que a menudo las personas ebrias se centren en un pensamiento único, como por ejemplo: "esta es la mejor noche de mi vida". Estos efectos son el motivo por el que el alcohol se considera un depresivo, porque deprime tanto nuestro sistema nervioso central como periférico.
Curiosamente, aunque el alcohol inhibe las funciones del cerebro, no hace que nos inhibamos socialmente. Al fin y al cabo, una de las principales razones por las que disfrutamos tanto del alcohol es porque ayuda a reducir nuestras inhibiciones y hace que nos sintamos más libres y espontáneos en situaciones sociales.
El alcohol también genera una clara euforia que, junto a la reducción de las inhibiciones sociales, nos da valor para entablar conversaciones con desconocidos, bailar sobre la mesa al son de una canción de Shania Twain, etc.
En resumen, el alcohol debe su éxito como lubricante social al hecho de que reduce nuestras inhibiciones y hace que actuemos de manera distinta a la habitual (tanto de forma positiva como negativa). Por lo tanto, si buscamos un chivo expiatorio para culparle del problema de la drogadicción, no hay mejor "droga de iniciación" que el alcohol.
Probablemente leas esto y pienses: "el cannabis también afecta a nuestras inhibiciones, toma de decisiones y comportamiento". Y tienes razón; para muchas personas, el cannabis también les ayuda a relajar sus inhibiciones sociales, creativas e incluso sexuales. Pero, ¿significa esto que un colocón puede hacer que una persona quiera tomar otras sustancias más duras?
EL CANNABIS NO ES UNA DROGA DE INICIACIÓN
En 2016, el presidente del Institute for Behavior and Health de EE.UU., el Dr. Robert L. DuPont, escribió una columna en el New York Times titulada "Se ha demostrado que la marihuana es una droga de iniciación". DuPont comienza su argumentación con el manido razonamiento de que la gran mayoría de consumidores de heroína empezaron su descenso al tenebroso pozo de las drogas con el cannabis.
Es difícil argumentar en su contra, ya que es innegable que la mayoría de los adictos a la heroína probablemente hayan probado la marihuana. Pero eso no significa que la mayoría de consumidores de cannabis vayan a probar la heroína u otras drogas duras. De hecho, la investigación demuestra que la mayoría de la gente que prueba el cannabis ni siquiera se convierten en consumidores habituales de hierba.
Una encuesta telefónica realizada por la Marist University y Yahoo News en 2017, preguntó a 1.122 adultos estadounidenses sobre sus experiencias con el cannabis. El estudio comprobó que un 52% de los adultos entrevistados lo habían probado, mientras que un 22% lo consumían en esos momentos (lo que según la encuesta significa haber consumido cannabis al menos una o dos veces en el último año). Solo un 14% de los encuestados consumían cannabis de forma habitual, al menos una o dos veces al mes.
Las probabilidades de que los consumidores de marihuana desarrollen dependencia o "trastorno por consumo de cannabis" son aún menores. Según datos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, cerca de un 9% de las personas que consumen cannabis se vuelven adictas a él.
En su informe "The Real Gateway Drug", American Addiction Centers deja muy claro que el cannabis no es la primera droga con la que experimenta la gente. En esta investigación, AAC habló con más de 1.000 estadounidenses sobre cómo comenzaron y, en algunos casos, continuaron experimentando con las drogas. De entre los que habían consumido alcohol, cerca del 66% afirmaron que fue la primera droga que probaron. Un 23,8% había optado por el tabaco, y solo el 18% por la marihuana.
De hecho, algunos estudios indican que el cannabis ayuda a desengancharse de otras sustancias adictivas. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association en 2014, por ejemplo, comprobó que, en los estados norteamericanos con leyes sobre marihuana medicinal, hubo casi un 25% menos de muertes por sobredosis de opiáceos. Esto se debe a que el cannabis ofrece un alivio más eficaz del dolor y otros síntomas de enfermedades sin los riesgos para la salud que conllevan los medicamentos con receta.
RECONSIDERACIÓN DE LA TEORÍA DE LA DROGA DE INICIACIÓN
¿Dónde nos sitúa todo esto respecto a la teoría de la droga de iniciación? ¿Es falsa o hay algo de verdad en el razonamiento de que consumir ciertas drogas puede hacernos más propensos a probar otras?
Existen investigaciones que respaldan que algunas drogas podrían estimular los circuitos de recompensa del cerebro haciendo que otras sustancias nos resulten más atractivas.
Un artículo de 2017 publicado en Science Advances demostró que unas ratas a las que se suministró alcohol eran mucho más propensas a activar una palanca que liberaba cocaína. De hecho, hay unos estudios muy interesantes que destacan la interrelación entre estas dos drogas en particular.
Incluso el informe de American Addiction Centers que hemos mencionado antes, recalca ciertos patrones en el consumo de sustancias. Los alucinógenos como los hongos psilocibios o el LSD, por ejemplo, fueron la cuarta sustancia más consumida, y la cocaína, la quinta.
Estos hallazgos son sin duda interesantes, y justifican más investigaciones sobre el consumo indebido de drogas. Sin embargo, existen pruebas mucho más convincentes de que factores sociales como la pobreza y la salud mental tienen más probabilidades de ser las verdaderas puertas de entrada al consumo de drogas y a la adicción.
El carácter del mercado de las drogas también influye en cómo se consume y se abusa de las sustancias tóxicas. En sitios como los Países Bajos, el consumo de cannabis y hongos alucinógenos es mucho menos común que en otras partes del mundo donde estas sustancias siguen estando penalizadas.
FIN DEL DEBATE SOBRE LA DROGA DE INICIACIÓN
Entonces, ¿experimentar con una droga aumenta el riesgo de probar otras? Tal vez. Pero entender la drogadicción y lo que impulsa a la gente a consumir una sustancia en vez de otra es mucho más complejo que culpar a una droga en particular.
Si decides creer que existen drogas de iniciación, te recomendamos que culpes al alcohol y a nuestra permisividad hacia él, y no al cannabis.
- (n.d.). Marijuana Has Proven to Be a Gateway Drug - NYTimes.com - https://www.nytimes.com
- (n.d.). Yahoo News/Marist Poll | Home of the Marist Poll - http://maristpoll.marist.edu
- (n.d.). search - https://americanaddictioncenters.org
- (n.d.). States with medical pot see nearly 25 percent fewer fatal prescription drug overdoses — RT USA News - https://www.rt.com
- (n.d.). Prior alcohol use enhances vulnerability to compulsive cocaine self-administration by promoting degradation of HDAC4 and HDAC5 | Science Advances - http://advances.sciencemag.org
- (n.d.). A Comeback for the Gateway Drug Theory? (Published 2017) - https://www.nytimes.com