Ley antidroga en Filipinas
Las leyes anti drogas son muy duras en Asia. Filipinas no es diferente desde que Rodrigo Duterte se convirtió en presidente con la promesa de derramar sangre. La justicia se dispensa con cañones de pistolas. En lugar de metadona, los toxicómanos reciben una dosis de plomo.
Seguramente habrás oído hablar sobre la situación actual en Filipinas. ¿Sabías que el nuevo presidente Rodrigo Duterte es probablemente el primer político que ha mantenido sus promesas de campaña?
Por desgracia, Duterte está usando la "Dictadura de Hussein para Dummies" y defendiendo las ejecuciones extrajudiciales como política de drogas. Echemos un vistazo a la loca historia que los medios de comunicación eligen ignorar.
LA LEY ESCRITA
Según la legislación filipina, o para ser más exactos la "Completa Ley de Drogas Peligrosas del 2002", las penas por posesión de pequeñas cantidades de marihuana llevan implícitas una sentencia mínima obligatoria de 12 años, y el cultivo de ciertas plantas de cannabis, cadena perpetua.
Su venta y distribución pueden acarrear incluso la pena de muerte; aunque se conmuta por cadena perpetua debido a la abolición de la pena de muerte tras la caída de la dictadura de Marcos en 1986.
Claro que, Duterte quiere reinstaurarla, pero la legislación filipina no avala la pena de muerte ni el uso de fuerza letal por parte de la policía.
Las leyes draconianas contra las drogas en todo el continente asiático hacen de esta tierra una mancha negra en el mapa del movimiento pro legalización de la marihuana.
Un informe del 2015 de HARM REDUCTION INTERNATIONAL sobre la pena de muerte contra las drogas, enumera siete naciones en la categoría de "Estados de alta aplicación".
China, Malasia, Vietnam, Indonesia y Singapur son los cinco estados de Asia. A los que en el futuro puede que se sume Filipinas.
Los otros dos bastiones de libertad que suelen ejecutar a la gente por causa de las drogas son los sospechosos habituales de Irán y Arabia Saudita. No hay suficientes datos procedentes de Corea del Norte, aunque podemos asumir que tampoco es un camino de rosas, así que sigamos.
HISTORIAL DE VIOLENCIA
Antes de conseguir la presidencia y tomar posesión de su cargo a finales de junio del 2016, Duterte fue alcalde de la ciudad de Davao durante 22 años. Allí estableció su feudo en sangre y siempre fue un ambicioso villano.
Un informe de ABC llevado a cabo por Adam Harvey (15/9/16) cita a un presunto sicario que fue miembro de un escuadrón de la muerte durante el mandato de Duterte como alcalde.
El Sr. Matobato (el sicario) dijo hace poco en una comparecencia ante el senado en Manila: "Matábamos gente casi a diario", y calcula que unas 1.000 víctimas fueron asesinadas por orden de Duterte.
Parece que las tácticas despiadadas no son nuevas para Duterte en lo que respecta a asegurarse el poder. Los consumidores de drogas son un conveniente chivo expiatorio que ha convertido en capital político.
SILENCIO POR PARTE DE LA IGLESIA CATÓLICA
La población de Filipinas es de unos 100 millones de habitantes, de los que un 80% son católicos. En el occidente secular, el poder y la influencia de la mayoría de las religiones organizadas continua disminuyendo desde hace tiempo.
Filipinas no ha experimentado este rápido declive. No obstante, la asistencia a misa ha disminuido de forma constante, de un máximo del 64% al actual 37%, según los datos de Social Weather Stations publicados en un artículo de Helen Flores en The Philippine Star (4/10/13).
Duterte, como la mayoría de los dictadores, desconfía del poder de la iglesia católica; después de todo, ésta desempeñó un papel central en el derrocamiento del régimen de Marcos hace treinta años y, más recientemente, en la destitución y posterior expulsión del presidente Joseph Estrada, en el 2001.
Es un adversario declarado de la iglesia, y una gran parte de su imagen pública de "hombre duro" está basada en fomentar la noción de que es invencible y no tiene miedo a enfrentarse a cualquier institución.
Sus comentarios sobre el Papa Francisco causaron un gran revuelo e hicieron que ocupara un montón de titulares cuando se refirió a él como "hijo de puta".
Aunque posteriormente se disculpó, la publicidad que esto le otorgó fue incalculable, y lo más probable es que el escándalo estuviera planeado. ¿Otra prueba de retorcidas maniobras políticas para ganancia personal o simplemente un malentendido?
En su mayor parte, esta postura de tipo duro ha funcionado y el clero no se ha pronunciado sobre las 3.600 personas asesinadas por la policía o vigilantes, según datos de Marnie O´Neill en news.co.au (11/10/16), por, supuestamente, consumir y/o vender drogas.
LA PURGA
Nadie sabe exactamente cuánta gente está siendo asesinada exclusivamente con motivo de drogas, porque los procesos judiciales, los juicios y la verdadera justicia son difíciles de encontrar en estos momentos en Filipinas.
Se ha abierto la veda de los asesinatos y es fácil imaginar que se lleven a cabo muertes no relacionadas con las drogas entre toda esta purga de consumidores.
Los sacerdotes temen hablar porque las violentas represalias por refugiar a consumidores son una amenaza real. Las encuestas confirman un amplio apoyo popular a la "Guerra contra las Drogas", por lo que parece que la inmensa mayoría de la población ha aceptado esta terrible "solución final".
El mismo Duterte dijo en una reciente conferencia de prensa en su ciudad natal de Davao: "Hitler masacró a tres millones de judíos ... hay tres millones de drogadictos. Los hay. Me gustaría matarlos". El presidente no sólo subestima el alcance del holocausto en un 50%, además es un psicópata y está orgulloso de ello.
JUEGOS DE AZAR Y ARMAS
El juego es otro vicio que no ha escapado a la atención de Duterte, que ha acabado con esta industrua de manera eficaz.
Sin embargo, aún no se ha decidido a terminar del todo con la sumamente rentable industria del juego online.
Puede que se oponga a que los filipinos desarrollen el hábito, pero no es probable que expanda la purga y envíe a sus escuadrones de la muerte a los casinos y acaben matando a los turistas en el fuego cruzado.
Otro tema más tradicional de "ley y orden" es su campaña política para acabar con la proliferación de las armas de fuego ilegales.
Las estadísticas sobre la propiedad de armas de fuego son muy inexactas en este país, debido a una industria artesanal que fabrica pistolas de imitación; el revólver modelo 1911 de calibre 45 es un favorito de los lugareños, y puede ser tuyo por unos pocos cientos de dólares, y sin preguntas.
El acceso a las armas de fuego parece estar muy poco restringido y Duterte es consciente de ello. Es un factor clave para la ejecución de su plan genocida.
LIVING LA VIDA LOCA
La próxima vez que estés disfrutando de una calada de tu hierba o hachís favoritos, acuérdate de Eanna Ó Cochláin, de 55 años, natural de Cork, Irlanda.
En el 2013, fue arrestado en circunstancias altamente sospechosas, cuando unas supuestas migas de cannabis fueron descubiertas en un paquete de cigarrillos que según él fue colocado en su posesión en el aeropuerto de vuelta a casa.
Está en libertad bajo fianza con un blanco pintado en la espalda. No puede escapar porque su pasaporte está "supuestamente desaparecido" según Marie O'Halleron del Irish Times (9/10/16).
Es un hombre perseguido con una sentencia de 12 años que pende sobre él, como diría Ralph Steadman, "por ningún motivo".
Charlie Flanagan, el ministro irlandés de Asuntos Exteriores debe intervenir y exigir el regreso inmediato de un ciudadano irlandés. Ningún ciudadano de la UE debería ser abandonado a su propia suerte para enfrentarse a un escenario típico de Mad Max como este.
Es una situación en la que tiene todas las de perder: o es asesinado por una banda callejera o muere en el hacinado y medieval sistema penitenciario filipino.
Lo mínimo que podemos hacer es no dejar que Charlie finja no haber oído hablar de Eanna. A Charlie le gusta recibir tuits, así que envíale un recordatorio aquí: @CharlieFlanagan