Mescalina Y Psilocibina: ¿Cuál Es La Diferencia?

Incluso aunque no te interese mucho el mundo de los psicodélicos, posiblemente habrás oído hablar de la mescalina y de la psilocibina. De lo contrario, es muy probable que hayas oído hablar de las principales fuentes de estas sustancias: el cactus peyote (entre otros) y las setas alucinógenas. El peyote contiene mescalina en abundancia, mientras que las setas alucinógenas contienen gran cantidad de psilocibina. ¿Y qué tienen de especial estos compuestos naturales para despertar el interés tanto de los científicos como de los amantes de la psicodelia?

¿Qué son la mescalina y la psilocibina?

Para conocer mejor la mescalina y la psilocibina, resulta útil introducir un concepto clave: “enteógeno”. Aunque pueda sonar complicado, este término simplemente se refiere a una sustancia psicodélica, normalmente de origen natural, que se utiliza en contextos espirituales o religiosos. En el caso de la mescalina y la psilocibina, ambas sustancias han desempeñado un papel fundamental en ceremonias espirituales a lo largo del tiempo, y en algunas zonas del mundo siguen haciéndolo a día de hoy.

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Mescalina

La mescalina ha sido consumida por los nativos americanos desde hace más de 5000 años, y los aztecas usaban preparados tradicionales de peyote en sus ceremonias religiosas. Aunque no era el único enteógeno que consumían los aztecas, se creía que la mescalina ayudaba a los guerreros aztecas en la batalla, eliminando las inhibiciones y permitiéndoles canalizar el espíritu de sus ancestros.

En cuanto a sus efectos, una dosis habitual de mescalina (200-400 miligramos) provoca un estado psicodélico único en el cual los colores son más nítidos, aparecen efectos visuales de la nada, el tiempo parece detenerse y los consumidores experimentan un profundo nivel de autoconciencia. Desafortunadamente, los cactus de mescalina tienen un sabor increíblemente amargo y pueden provocar náuseas y vómitos, lo que a menudo se conoce como “la purga”, simbolizando la salida de los espíritus malignos de tu cuerpo.

En la sociedad moderna, hay un pequeño (pero creciente) número de investigaciones científicas con el fin de examinar los efectos terapéuticos de la mescalina sobre el cuerpo y la mente. Pero, dado que dicha sustancia está rigurosamente controlada, su disponibilidad es limitada.

Psilocibina

Al igual que la mescalina, la psilocibina ha jugado un papel importante en ceremonias de diversas culturas. Incluso se ha planteado la hipótesis de que el consumo de psilocibina podría haber moldeado la mente humana en su fase inicial de desarrollo: la especie homínida que existió hace más de dos millones de años. Esta “teoría del mono colocado”, sugerida por el conocido psiconauta Terence McKenna, sostiene que los hongos de psilocibina podrían haber sido el catalizador de la expansión de nuestras mentes primitivas, favoreciendo la evolución de la consciencia, la autorreflexión, el lenguaje y la cultura.

Sea cierta o no esta teoría, no cabe duda de que la psilocibina ha sido esencial para el desarrollo de las culturas alrededor del mundo. Esta sustancia está presente en más de 200 especies de hongos, y existen pruebas documentadas que demuestran que el consumo de psilocibina se remonta a principios del siglo XVI. Desde entonces, los médicos y científicos han estado interesados en el efecto de esta sustancia en la psique humana.

La intensidad y duración de los efectos de la psilocibina no solo varían en función de la cantidad y el tipo de seta que se consuma, sino que además el cuerpo humano posee un mecanismo de defensa único que impide que el consumidor sufra una sobredosis letal. Cuando consumes psilocibina, el cuerpo la metaboliza rápidamente, convirtiéndola en psilocina. La psilocina interactúa con los receptores de serotonina del cerebro, provocando cambios en la percepción, la comprensión y la agudeza visual, entre otros.

La psilocibina está experimentando cierto resurgimiento en cuanto a la investigación sobre su efecto terapéutico, y actualmente se están llevando a cabo numerosos estudios de pequeña envergadura. Aunque aún no es posible hacer afirmaciones generales sobre su efecto, está claro que muchos científicos y profesionales médicos están ansiosos por seguir investigando al respecto.

Principales fuentes de mescalina y psilocibina

Aunque ya lo hemos mencionado brevemente, la principal fuente de mescalina y psilocibina son ciertas especies de cactus y setas, respectivamente.

Estos son algunos ejemplos de cactus ricos en mescalina:

• San Pedro (Trichocereus macrogonus var. pachanoi)

• Peyote (Lophophora williamsii)

• Antorcha boliviana (Echinopsis lageniformis)

• Antorcha peruana (Echinopsis peruviana)

• Zamnesiana (Echinopsis zamnesiana)

Cada una de estas especies contiene distintos niveles de mescalina, aunque se cree que el peyote es la que más cantidad tiene.

San Pedro Crestado (Echinopsis pachanoi cristata)

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A continuación, se muestran algunos ejemplos de setas ricas en psilocibina:

• Golden Teacher

• Mexican

• Cambodia

• McKennaii

• Amazonian

  

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Cada una de las variedades mencionadas arriba pertenece a la especie Psilocybe cubensis. Y al igual que con los cactus de mescalina, la concentración de psilocibina varía en función de las distintas variedades.

Comparación entre mescalina y psilocibina

Ahora que conocemos un poco mejor ambas sustancias, ha llegado el momento de compararlas. Aunque tanto la mescalina como la psilocibina pertenecen a la misma categoría de compuestos psicodélicos (enteógenos), existen algunas diferencias en cuanto a la forma de consumirlas y sus posibles aplicaciones.

Método de consumo

• Mescalina: La preparación tradicional del cactus peyote es un poco más complicada que la de las setas de psilocibina. Por lo general, hay que cortar las cabezas de los cactus y dejarlas secar. A continuación, tienes dos opciones: puedes sumergir los botones de cactus secos (con forma de disco) en agua caliente y beber el brebaje, o puedes masticarlos directamente.

Afortunadamente, el secado elimina parte del sabor nauseabundo del cactus. Si quieres ir un paso más allá, puedes moler los botones hasta convertirlos en un polvo fino, para luego introducir el polvo en cápsulas y tragarlas. Sin embargo, el método más popular para consumirlos sigue siendo cortar, hervir y reducir el material vegetal hasta obtener una mezcla potente.

Máquina de cápsulas

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• Psilocibina: Con las setas alucinógenas, simplemente basta con masticarlas bien y tragarlas para ingerir la psilocibina que contienen. Pero, al igual que con los cactus de mescalina, esto puede provocar náuseas y calambres estomacales desagradables. No obstante, esto no se debe a que tu cuerpo rechace la psilocibina, sino a que las setas contienen un material fibroso llamado quitina, que el aparato digestivo tiene dificultades para digerir.

Para evitar este problema (y reducir la cantidad que tienes que masticar), las setas alucinógenas frescas se suelen secar antes de consumirlas, lo que hace que reduzcan su tamaño a medida que pierden humedad. Una vez secas, tienes varias opciones: puedes masticarlas directamente, usarlas para preparar un té, añadirles zumo de limón (lo que se conoce como lemon tek) o incluso disimular su sabor usando miel.

Efectos recreativos

Ambos compuestos psicodélicos interactúan con los receptores de serotonina del cerebro, lo que produce efectos notablemente similares.

Entre los efectos más habituales de la mescalina se incluyen:

• Euforia

• Distorsión del tiempo

• Cambios perceptivos

• Alucinaciones visuales (incluyendo imágenes remanentes, cambios de color y dibujos geométricos)

• Pensamientos reveladores

• Falta de apetito

• Muerte del ego (más frecuente en dosis elevadas)

Los efectos más habituales de la psilocibina incluyen:

• Emociones intensificadas

• Euforia

• Alucinaciones visuales (incluyendo imágenes remanentes, cambios de color y dibujos geométricos)

• Autorrealización existencial

• Plena conciencia

• Muerte del ego (más frecuente en dosis elevadas)

• Distorsión del tiempo

Aunque los efectos de ambas sustancias son similares, algunos consumidores consideran que los efectos visuales de la mescalina son más intensos, y a menudo los describen como más brillantes, con los bordes más nítidos y formas más angulares. En cambio, la psilocibina suele provocar alucinaciones más suaves con un aspecto más orgánico.

Posibles riesgos

Curiosamente, nuestro cuerpo está dotado de una defensa innata contra ambas sustancias, autorregulando la activación de los receptores de serotonina del cerebro. Como resultado, no es posible sufrir una sobredosis letal de mescalina o psilocibina, y el consumo repetido en un periodo de tiempo corto reduce enormemente sus efectos.

Sin embargo, incluso pequeñas cantidades de estas sustancias pueden causar una serie de efectos adversos, especialmente si se mezclan con otras drogas o si se consumen sin tener en cuenta el set y el setting (tu estado anímico y el entorno donde vas a consumirlas). Entre estos se incluyen:

• Mareos

• Ansiedad

• Ataques de pánico

• Náuseas/vómitos

• Confusión

Usos médicos

Hay quienes podrían pensar que la mescalina y la psilocibina solo atraen a la gente por sus efectos recreativos. Y aunque esto es cierto en algunos casos, ambos compuestos podrían tener mucho más que ofrecer. Al fin y al cabo, la historia de estos enteógenos se remonta en gran parte a ceremonias espirituales o religiosas, y muchas culturas han quedado fascinadas por sus propiedades purificadoras y otros efectos potentes.

Pero también hay que tener en cuenta el potencial terapéutico de ambas sustancias. Lamentablemente, la mescalina sigue estando sometida a estrictas prohibiciones, por lo que se han realizado muy pocos estudios en humanos sobre su posible efecto terapéutico. La psilocibina, como hemos comentado, ha experimentado un repunte considerable en los estudios clínicos (Ziff et al., 2022), pero todavía nos queda un largo camino por recorrer.

Estos avances, lentos pero constantes, van de la mano con la reciente oleada de despenalización en torno a las sustancias psicodélicas naturales. Dadas las interacciones únicas de la psilocibina con los receptores del cerebro, se espera que dicha sustancia pueda ayudarnos a comprender mejor algunos trastornos mentales, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la depresión resistente al tratamiento (Chesak, 2024).

¿Es mejor la mescalina que la psilocibina?

Aunque la mescalina y la psilocibina pertenecen a distintos reinos de la naturaleza, sus efectos sobre el cuerpo y la mente son muy similares. Ambos enteógenos interactúan con los receptores de serotonina del cerebro y provocan una serie de efectos que alteran la percepción, incluyendo una intensa euforia y una profunda autorrealización. Sin embargo, los consumidores a menudo describen los efectos de estas sustancias como ligeramente diferentes. Otra diferencia entre estos compuestos es el grado en que se han investigado en un contexto terapéutico, con la psilocibina claramente por delante. Se espera que una mejor comprensión de los mecanismos implicados no solo abrirá las puertas al uso clínico de las setas alucinógenas, sino a toda la categoría de los enteógenos.

Luke Sholl

Luke Sholl lleva escribiendo sobre la marihuana, el potencial de los cannabinoides para el bienestar y la influencia positiva de la naturaleza, desde hace más de una década. Trabaja para diversas publicaciones centradas en los cannabinoides, y publica un contenido digital variado que está respaldado por una profunda sabiduría técnica y una investigación exhaustiva.

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