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Coffeeshops, headshops, smartshops, dispensarios... Es posible que hayas leído algunos de nuestros artículos y te hayas confundido un poco con estos términos. Analizaremos las diferencias entre estos establecimientos y lo que puedes esperar de cada uno.
En algunos países, la gente todavía debe adquirir su hierba en la calle o a través de algún medio sospechoso. Eso en caso de tener el valor y/o el deseo de actuar en contra de la ley. Algo muy desafortunado para los aficionados al cannabis que viven o visitan estos sitios. Afortunadamente, cada vez más países están adoptando un enfoque más liberalizado respecto al consumo y comercio de marihuana.
Los "distribuidores de hierba" a los que tendrás acceso dependerán del país en el que te encuentres. Las flores, y en algunos lugares los concentrados, se venden, tanto con fines medicinales como recreativos, en distintos tipos de tiendas, cada una de ellas con sus propias reglas.
Los coffeeshops son un invento holandés y una de las mayores atracciones turísticas de los Países Bajos. En la década de los 70, el gobierno holandés decidió cambiar su postura con respecto a las drogas y, como resultado, despenalizó el cannabis. Esto dio lugar a la escena actual de los cofeeshops holandeses tan conocida a nivel internacional.
Los coffeeshops varían mucho en cuanto a su ambiente, a sus precios y a la calidad de la hierba que venden. La mayoría de los coffeeshops en Ámsterdam están ubicados en el Barrio Rojo y atienden principalmente a turistas. Sin embargo, también hay otros coffeeshops menos turísticos escondidos por toda la ciudad.
La mayoría de los coffeeshops cuentan con una selección de flores de marihuana, extractos e incluso algunos comestibles. Estas tiendas están autorizadas por el gobierno y tienen una serie de restricciones. Por ejemplo, según la ley holandesa de coffeeshops, una tienda solo puede vender un máximo de 5g de cannabis dos veces al día a la misma persona. Tampoco pueden vender tabaco ni alcohol.
Las headshops existen en muchos países del mundo. Suelen vender bongs, pipas, papel de fumar, grinders y otros accesorios relacionados con la marihuana. En EE.UU. comenzaron a aparecer por todo el país durante el movimiento hippy de los años 60, y muchas estaban vinculadas a movimientos sociopolíticos (Davis, 2017) contra la prohibición de las drogas, la guerra de Vietnam, etc.
En cambio, las smartshops son más modernas y suelen dedicarse a la venta de sustancias psicoactivas y productos relacionados. Son muy populares en los Países Bajos, donde pueden vender legalmente trufas y cactus psicoactivos. Sin embargo, también hay smartshops en Suecia, el Reino Unido, la República de Irlanda y Portugal, que tienen una postura muy flexible frente a las drogas.
Hoy en día, las headshops y smartshops físicas están siendo reemplazadas en gran medida por comercios online.
Los dispensarios son prácticamente exclusivos de los EE.UU., aunque algunos distribuidores de cannabis en Canadá también se ponen la etiqueta de dispensarios. En los Estados Unidos, los dispensarios están regulados por el gobierno local y, según la ley local, pueden vender determinadas cantidades de productos cannábicos.
Los dispensarios pueden vender cannabis a los adultos en estados donde el consumo recreativo o terapéutico es legal. En el caso de este último, se puede vender cannabis solamente a quienes tienen una receta médica o están registrados como pacientes de marihuana medicinal.
Los dispensarios de los EE.UU. ofrecen una amplia variedad de productos cannábicos, incluidos extractos, tinturas, cartuchos para vapear, comestibles y, por supuesto, una gran variedad de flores secas. En algunos estados, los dispensarios incluso venden esquejes y plantas. La cantidad de cannabis que un dispensario puede vender legalmente en una sola transacción varía de un estado a otro.
Los colectivos de cannabis se diferencian de los dispensarios en que generalmente son organizaciones sin ánimo de lucro. Al igual que los colectivos en otros sectores, están formados por un grupo de personas que trabajan para lograr un objetivo común, como puede ser proporcionar cannabis a pacientes de marihuana medicinal o compradores adultos.
Los colectivos de cannabis generalmente proporcionan los mismos tipos de productos que los dispensarios. Sin embargo, algunos colectivos solo pueden vender cannabis a sus miembros o pacientes registrados. Pero esto depende de las leyes locales donde opere el colectivo.
Los clubes de cannabis son muy populares en Uruguay y España. Estos clubes suelen ser organizaciones sin ánimo de lucro que están registradas para producir cannabis para sus miembros.
En España, los miembros nuevos solo pueden unirse a una asociación por recomendación de otro miembro. En general, los miembros solo pueden comprar hasta 3g de cannabis al día para evitar la reventa.
En Uruguay, los clubes registrados pueden producir una cantidad fija de cannabis por miembro al mes. Estos miembros generalmente pagan una cuota mensual, y los clubes están registrados como organizaciones privadas sin ánimo de lucro.
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