La mescalina es una sustancia consagrada por el tiempo pero a menudo incomprendida. Nuestro objetivo es desmitificarla hasta cierto punto y ofrecer un resumen general de todo lo que debes saber sobre los cactus de mescalina.
La mescalina es un alcaloide psicoactivo que está presente en varias especies de cactus que crecen en América Central y del Sur. Aunque ha sido utilizada durante milenios por los pueblos indígenas, esta sustancia sigue siendo relativamente desconocida para otras culturas (a pesar de que ser una de las drogas más consumidas del planeta).
En este artículo vamos a analizar en detalle la mescalina, su historia, las especies de cactus que la producen, cómo consumirla e incluso cómo cultivarla. Descubre todo lo que debes saber sobre la mescalina aquí.
Los cactus de mescalina son un grupo de plantas conocidas por sus propiedades psicoactivas derivadas principalmente de la presencia de mescalina (de ahí su nombre), un alcaloide psicodélico natural. Este compuesto es un alucinógeno serotoninérgico similar pero bastante distinto de la psilocibina (que se encuentra en las setas alucinógenas).
Algunas especies comunes que contienen mescalina son el peyote, el San Pedro y la antorcha peruana. Estos cactus, originarios de los desiertos y montañas de América Central y del Sur, han sido utilizados durante milenios en prácticas espirituales tradicionales por parte de una gran variedad de pueblos indígenas. A menudo conocidas por sus nombres científicos, como Lophophora williamsii (peyote) y Echinopsis pachanoi (San Pedro), estas plantas ocupan un lugar importante en prácticas tanto históricas como contemporáneas.
La mescalina, que requiere mucho tiempo de cultivo y es cara de sintetizar, no es una sustancia ampliamente utilizada fuera de las culturas donde se ha consumido durante mucho tiempo. Sin embargo, estos cactus son bastante comunes en la naturaleza y, dependiendo de la especie, pueden desarrollar unos tamaños muy grandes. Algunos, como el peyote, son además muy potentes, pero tardan muchos años en crecer y conservan una altura bastante pequeña. Otros, como el San Pedro, se desarrollan más rápido y con mayor tamaño pero contienen menos mescalina por gramo.
El consumo de mescalina se remonta a hace unos 6000 años, aunque es posible que ya se utilizara antes de sus primeros registros históricos. Junto con los hongos Psilocybe, podría ser una de las drogas con el historial de consumo más largo. El uso de la mescalina se remonta principalmente a las culturas indígenas del continente americano (norte, centro y sur). De hecho, aparte de en estos pueblos, era casi desconocida hasta hace poco, e incluso en la actualidad no es una droga muy habitual para la mayoría de la gente.
La mescalina fue finalmente descubierta por los europeos a principios del siglo XVI, cuando los españoles se encontraron con las culturas que la consumían, como por ejemplo, los aztecas. Con el tiempo, los conquistadores intentaron destruir estas culturas (en algunos casos con éxito), y misioneros de varios imperios europeos opresivos trataron de erradicar el consumo de los cactus de mescalina. Por suerte, fracasaron, y los descendientes de estos pueblos indígenas siguen utilizándolos en la actualidad.
La mescalina no se introdujo en la cultura popular europea y estadounidense hasta los años 60, cuando Aldous Huxley comenzó a experimentar con psicodélicos y escribió su famoso libro “Las puertas de la percepción”, en el que detalla su primera experiencia con la mescalina. “Las enseñanzas de Don Juan” del antropólogo Carlos Castaneda también contribuyó a la popularidad de esta droga, dado que narra su iniciación en el consumo de peyote siguiendo las tradiciones culturales yaqui. Esta obra es posiblemente el primer ejemplo, o al menos el primero ampliamente publicado, de alguien que sigue las enseñanzas de una persona indígena (con respecto a la mescalina) y las da a conocer a todo el mundo.
Hay muchas especies de cactus que contienen mescalina y, aunque son parecidas, todas presentan características únicas, tanto en relación a su crecimiento como a sus efectos. Estas son algunas de las más destacadas.
El peyote es un cactus pequeño y sin espinas, conocido por sus propiedades psicoactivas. Crece en el suroeste de Estados Unidos y México, donde los nativos americanos lo han utilizado durante siglos en sus ceremonias religiosas. El peyote contiene los niveles más altos de mescalina por gramo, lo que lo convierte en el cactus de mescalina más potente del planeta. Entonces, ¿por qué no cultiva peyote todo el mundo? ¡Porque se tarda una década en producir una dosis!
El San Pedro es un cactus alto y columnar nativo de la cordillera de los Andes. Es grande, crece rápido y contiene altas concentraciones del alcaloide mescalina. Por eso, su consumo es más habitual que el de peyote entre los aficionados a los psicodélicos. El San Pedro se lleva utilizando durante más de 3000 años en rituales holísticos y religiosos tradicionales en Perú, lo que lo convierte en una planta psicodélica histórica y culturalmente importante.
Parecido al San Pedro, la antorcha peruana es un cactus alto nativo de Perú. Contiene grandes concentraciones de mescalina y tiene una larga historia de uso en las prácticas chamánicas andinas. Junto con el San Pedro, es uno de los cactus de mescalina más consumidos y vendidos en todo el mundo.
Una variedad híbrida desarrollada por su alto contenido de mescalina y características únicas, el Echinopsis Zamnesiana es nuestro propio híbrido, similar a los cactus San Pedro y antorcha peruana. Crece con una gran altura rápidamente y es una variedad potente que adopta formas peculiares.
La antorcha boliviana es otro cactus columnar conocido por su importante contenido de mescalina. Originario de Bolivia, tiene un aspecto parecido a la antorcha peruana y es muy apreciado por sus propiedades psicoactivas. Se trata de otra variedad popular, y aunque es un poco menos potente que el resto, merece la pena probarlo.
Entre los distintos cactus de mescalina, el peyote, el San Pedro y la antorcha peruana son los más famosos por sus altas concentraciones de mescalina. Como hemos dicho, el peyote suele destacarse como el que tiene el contenido más alto, seguido de cerca por el San Pedro y la antorcha peruana.
Aunque la genética es lo que más influye a la hora de determinar la potencia de un cactus, las condiciones de cultivo también pueden contribuir al contenido de mescalina. Algunas personas afirman que unas condiciones duras y los daños producidos a la planta (simulando la depredación) pueden aumentar la cantidad de mescalina que desarrollan estos cactus; ya que se cree que la mescalina actúa como mecanismo de defensa en un entorno natural.
La mescalina produce distintos efectos tanto en la mente como en el cuerpo. La dosis, la variedad, la situación, el entorno y otros factores influirán en la experiencia. Por lo tanto, es importante iniciarla con la mente abierta y aceptando que no sabes lo que te espera.
Sin embargo, aquí tienes un resumen de los efectos más frecuentes.
En general, la mescalina se ha estudiado muy poco en comparación con psicodélicos como la psilocibina. Y aunque la investigación sigue en curso, algunos análisis indican que la mescalina podría ofrecer beneficios terapéuticos, especialmente para problemas de salud mental como la depresión y el TEPT. Sin embargo, es necesario llevar a cabo investigaciones científicas más rigurosas para entender por completo su potencial terapéutico.
La cantidad de mescalina necesaria para tener una experiencia psicodélica puede variar mucho en función de la química corporal de la persona, su tolerancia y el tipo de cactus. En general, una dosis moderada puede provocar efectos psicoactivos importantes, pero es fundamental abordar el consumo de esta sustancia con precaución y respeto.
En lo que respecta a la dosis, es difícil saber exactamente cuánto tomar, ya que cada gajo o botón (secciones del peyote) contendrá una cantidad única de mescalina. Por lo tanto, es importante investigar la variedad elegida y formarse un juicio basado en ello.
Aunque tanto la mescalina como la psilocibina (que está presente en las setas alucinógenas) son sustancias psicodélicas potentes, ofrecen experiencias distintas. La mescalina es famosa por la larga duración del viaje y unos efectos visuales más pronunciados, mientras que la psilocibina tiende a provocar experiencias emocionales más intensas.
Lo más probable es que si te gusta una, te guste la otra. Aunque son diferentes, ambas son sustancias psicodélicas serotoninérgicas y, por lo tanto, comparten algunas similitudes.
Dependiendo de la especie, cultivar un cactus de mescalina puede ser desde bastante fácil hasta todo un reto; el peyote es el más difícil de cultivar en casa (aunque la principal dificultad de esta variedad es esperar unos 10 años para conseguir uno o dos viajes decentes).
A continuación encontrarás unas instrucciones generales para cultivar cactus de mescalina en casa.
Para ver una guía más detallada, lee nuestro artículo sobre el cultivo de semillas.
Consigue más información sobre cómo cultivar a partir de esquejes en nuestro artículo especializado.
La tasa de crecimiento varía en función de la especie y las condiciones de cultivo. Generalmente, los cactus de mescalina crecen despacio, sobre todo el peyote, que suele tardar varios años en alcanzar la madurez. El San Pedro y la antorcha peruana se desarrollan más rápido, como a unos pocos centímetros por año. Por lo tanto, si cultivas a partir de esquejes, podrás cosechar una buena dosis de San Pedro o antorcha peruana después de unos pocos años.
En cualquier caso, cultivar tus propios cactus de mescalina es una obra de amor, no una forma rápida de colocarte.
El cuidado de los cactus de mescalina implica asegurarse de que dispongan del ambiente adecuado para crecer, es decir, un entorno que imite las condiciones áridas del desierto o de las faldas de los Andes. Afortunadamente, son plantas bastante adaptativas que solo necesitan lo siguiente:
Para obtener más consejos, consulta nuestra guía sobre los cuidados de los cactus de mescalina.
Los métodos de preparación de los cactus de mescalina pueden variar, pero estos son los fundamentos básicos:
La situación jurídica de los cactus de mescalina varía enormemente entre un país o región y otro. En general, la mescalina está regulada por la mayoría de leyes domésticas, pero la legalidad de los cactus puede diferir. Comprueba siempre las normas de tu país antes de cultivar o consumir cactus de mescalina. En Europa, la venta y el transporte de cactus que contienen mescalina suelen ser legales, aunque su consumo no lo sea.
En EE.UU., la mescalina es una sustancia controlada con ciertas concesiones para uso ceremonial por parte de algunos pueblos nativos americanos.
Los cactus que contienen mescalina vienen en muchas formas y tamaños, y todos tienen sus propias características de cultivo e incluso ligeras diferencias en sus efectos. Este compuesto se conoce y es muy apreciado desde hace mucho tiempo por parte de grupos selectos, pero para quienes aún no lo conocen, conserva una especie de estatus mitológico. ¡Y con razón! Capaz de producir experiencias profundas e intensas, esta sustancia merece ser venerada.
La historia de los cactus de mescalina es larga, y gran parte de ella sigue siendo desconocida. Apenas hemos empezado a analizar los conceptos básicos en este artículo, pero esperamos que te hayas podido hacer una buena idea de lo que son estas plantas y que pueda ayudarte si decides cultivar o consumir cactus de mescalina.
también puede interesarte