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Para mucha gente, la idea de ir a una tienda y comprar drogas es impensable. Pero, en algunos sitios, es una realidad. Originarias de los Países Bajos, las smartshops son tiendas que están legalmente autorizadas a vender sustancias psicoactivas. Sigue leyendo para descubrir más.
Aunque ambos términos se suelen utilizar de forma intercambiable, hay una gran diferencia entre las smartshops y las headshops. En pocas palabras, las smartshops venden sustancias psicoactivas de forma legal, y las headshops no.
Las headshops son tiendas que se especializan en accesorios relacionados con las drogas. En ellas verás vitrinas repletas de bongs impresionantes, y más envolturas para blunts de las que te puedas imaginar.
Las smartshops también pueden vender, y venden, estos artículos, pero están especializadas en el comercio de sustancias psicoactivas. En una smartshop no solo se pueden comprar drogas “blandas”, el personal también debe ser experto en ellas.
La historia de las smartshops está en parte rodeada de misterio. Parece que surgieron en los Países Bajos, concretamente en Ámsterdam, y se desarrollaron con el auge de la cultura de las drogas de los años 60.
De lo que sí estamos seguros es de que los coffeeshops empezaron a aparecer en la década de los 70, con la apertura del primer coffeeshop oficial, The Bulldog, en 1975. Es probable que las smartshops surgieran de forma parecida a los coffeeshops; empezando como negocios furtivos y legalmente discutibles que más adelante ganaron popularidad.
Al parecer, la primera smartshop oficial fue el Centro de Arte, Mente y Diseño, inaugurado por Hans van den Hurk. Durante su primer año de vida no hubo mucho movimiento, y lo que más vendían eran “suplementos smart”, como Blast, Fast Blast y Memory Fuel, y arte a los adolescentes de la zona.
El negocio comenzó a crecer cuando empezaron a vender setas alucinógenas secas. Una vez que ofrecieron estos pequeños hongos, la popularidad de la tienda se disparó. En muy poco tiempo, Hans tenía varios locales en Ámsterdam y unos 100 clientes mayoristas.
Cuando en 2002 se ilegalizaron las setas mágicas secas, las smartshops entraron en declive.
El término “smartshop” surgió debido a que estos establecimientos operan bajo el acuerdo legal de que venden productos psicoactivos para potenciar la capacidad cognitiva; de ahí la palabra “smart”. Pero no debemos tomarnos literalmente este nombre y su definición.
Las sustancias que venden suelen estar más relacionadas con el crecimiento personal y el bienestar, que con las drogas para fiestas, de las que tardas varios días en recuperarte. Desde el punto de vista legal, todas las sustancias que venden las smartshops deben ser naturales. En los Países Bajos, los compuestos sintéticos tienen una clasificación distinta.
Aquí tienes varios ejemplos de drogas que se pueden comprar en una smartshop:
Trufas Mágicas Hollandia
Una buena smartshop no es solo un local para comprar sustancias, sino también para recibir consejos valiosos y bien informados sobre las drogas blandas. El personal debe poder asesorarte sobre la dosificación, los efectos y efectos secundarios de las distintas drogas que venden, las leyes que rodean a su consumo, etc.
Los trabajadores de smartshops no deben promover el consumo excesivo de sus productos.
Las mayor concentración de smartshops sigue estando en los Países Bajos, concretamente en Ámsterdam. Pero hay smartshops en todo el mundo, aunque podrían llamarse headshops, dependiendo de dónde te encuentres.
Si no vives en una zona urbana de alta densidad, es muy probable que no puedas acceder fácilmente a una smartshop bien abastecida. Pero, ¡que no cunda el pánico! La smartshop online de Zamnesia hace envíos a toda Europa, ofrece una fantástica gama de productos de calidad, y proporciona mucha información al respecto en su blog.
En los Países Bajos, las smartshops actúan de forma legal siempre que vendan solamente productos naturales. En otros países, esta legalidad puede ser muy distinta. En algunos, por ejemplo, no comercializan las sustancias como drogas, sino como “productos químicos de investigación”, sobre los que advierten que no son aptos para el consumo humano. Así que, dependiendo de la zona, es posible que haya smartshops gracias a ciertas lagunas legales, en lugar de dentro de un marco jurídico estricto. En estos casos, los cambios se suelen producir con bastante rapidez.
Si vas a hacer un pedido de alguna sustancia, es fundamental que compruebes su legalidad en tu país. Que la hayas comprado de forma legal no significa que vaya a seguir siendo legal cuando cruce la frontera.
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