Cómo Cultivar Cosechas Enormes De Marihuana Con El Sistema Hidropónico DWC
¿Cosechas más grandes en menos tiempo y con menos recursos? Esto es lo que te espera si cultivas cannabis con un sistema hidropónico. En lo que respecta al cultivo en aguas profundas (DWC), ¿cuáles son los pros y los contras? Y además, ¿cómo puedes crear tu propio cultivo DWC en casa?
En todas las formas de hidroponía, la base suele ser la misma: cultivas sin tierra, y en lugar de depender de un medio inerte como soporte estructural, tienes agua oxigenada rica en nutrientes que entra en contacto directo con el sistema radicular. Deep Water Culture o Direct Water Culture (DWC) es un sistema hidropónico muy extendido entre cultivadores de cannabis, en gran parte debido a su comodidad y a que no requiere demasiado equipamiento. Si se realiza correctamente, con el DWC se pueden producir cosechas más abundantes de cogollos de mejor calidad.
Echemos un vistazo a los pros y los contras de este método, ¡antes de analizar cómo crear un sistema hidropónico DWC en casa! Para más información sobre métodos hidropónicos avanzados, consulta nuestra guía sobre el tema.
¿QUÉ ES EL DWC?
En el DWC, las raíces de las plantas de cannabis crecen en un medio inerte, dentro de un depósito de agua oxigenada rica en nutrientes. Las raíces permanecen sumergidas en el depósito desde que surgen, hasta el día de la cosecha.
Las propias plantas están suspendidas en macetas de red, donde un medio de cultivo sin suelo proporciona el soporte estructural y ayuda a maximizar la eficiencia del sistema de raíces que hay debajo. El depósito de agua está equipado con una piedra difusora para que se mantenga todo sano, y los nutrientes están directamente en el agua para que las raíces puedan absorber el máximo posible.
VENTAJAS DE LA HIDROPONÍA DWC
Todo sistema hidropónico tiene sus pros y sus contras, aunque el DWC se considera uno de los métodos más fáciles, especialmente para principiantes.
En primer lugar, es relativamente fácil de instalar y adaptar a cada tipo de necesidad. Funciona con cualquier instalación de cultivo de cannabis, desde un sistema doméstico pequeño, con una o dos plantas, hasta cultivos a gran escala con cientos de ejemplares.
En segundo lugar, en un sistema DWC, las plantas de cannabis crecerán bastante más rápido. Como tienen todo lo que necesitan a su disposición, tus bebés verdes no perderán tiempo ni energía en desarrollar un amplio sistema de raíces, sino que dedicarán más recursos al desarrollo del tallo, las ramas y las hojas.
Además, la ausencia de suelo conlleva una probabilidad mucho menor de sufrir enfermedades y plagas transmitidas por las raíces; y por otro lado, las malas hierbas no entrarán en el medio.
El resultado de los beneficios anteriores es, por supuesto, unas cosechas más abundantes. Algunos productores de cannabis informan de un aumento de hasta un 20% en la cosecha al cambiar de suelo a DWC.
También consumirás menos agua en comparación con el cultivo en suelo, y tendrás más control sobre todos los factores esenciales de tu entorno de cultivo. En un sistema de cultivo DWC todo está calibrado y controlado al máximo, por lo que evitarás un desperdicio innecesario de recursos. Además, todo esto se puede automatizar con la ayuda de sensores y temporizadores, lo que convierte al DWC en una opción excelente para quien necesita dejar las plantas solas durante largos periodos de tiempo.
DESVENTAJAS DEL DWC HIDROPÓNICO
Como dicen, no es oro todo lo que reluce. El DWC también tiene algunas desventajas.
Si optas por cultivar tu hierba con la cultura del agua profunda, te aconsejamos que inviertas en un equipo decente para aprovecharlo al máximo. Esto incluye temporizadores, una bomba fiable, un medidor de PPM y control de pH, así como iluminación de buena calidad. Esto te costará bastante dinero, por lo que no es tan económico como, por ejemplo, un cultivo de exterior en suelo.
Con respecto a la temperatura, hay que tener en cuenta que las raíces de la planta son particularmente sensibles a cualquier cambio en el agua o el aire. Un sistema de cultivo en agua profunda sin recirculación hará que sea más difícil mantener una temperatura ideal. La bomba funciona continuamente en el agua, lo que aumenta la temperatura, y las luces de cultivo que están encima también contribuyen a aumentar el calor general.
Es más, una de las mayores "amenazas" de un sistema DWC es la fluctuación del pH. Como no hay un medio de suelo para amortiguar los fertilizantes, las plantas son mucho más susceptibles a los cambios en los niveles de pH naturales y los problemas que conllevan. Las pequeñas fluctuaciones no siempre son el fin del mundo, pero pueden aumentar la duración del cultivo o confundir/estresar a principiantes que no están familiarizados con este problema.
Como hemos recomendado antes, un sistema automatizado hace que crear un DWC sea mucho más fácil. Sin automatización, este sistema requiere un mantenimiento casi constante para mantener los parámetros ideales. Ahora bien, la automatización no solo requiere cierta inversión y conocimientos, sino también energía. La factura de la luz podría subir, y si hay un apagón, el cultivo sufrirá. Plantéate hacerte con una bomba de aire de refuerzo en caso de que haya fallos en el sistema.
5 PASOS FÁCILES PARA CREAR TU PROPIO SISTEMA DWC
Al crear un cultivo en DWC, la base fundamental es que debes adaptar el sistema a tus necesidades particulares. Esto quiere decir que tienes que conseguir los materiales que necesitas únicamente para la cantidad de plantas que vas a cultivar. Aunque prácticamente cualquier cepa de cannabis se puede cultivar en DWC, posiblemente las más adecuadas sean las que son robustas, de tamaño mediano y que pueden soportar una pequeña fluctuación en los valores de pH.
A continuación tienes una guía con 5 pasos para crear tu propio sistema de cultivo DWC. Cada paso "añade" un componente esencial del sistema, explicando cómo debes configurarlo para obtener los mejores resultados.
PASO 1: DEPÓSITO
Con el DWC, necesitas un depósito lleno de agua rica en nutrientes y oxígeno. Calcula unos 5 litros de agua por planta, y prepárate para vigilar y reponer la solución a menudo.
La solución debe mantener unos valores de pH de entre 5,5 y 6,5, aunque la lectura ideal es de 5,8. Los valores de pH afectan al modo en que las plantas pueden absorber los nutrientes. También es diferente para cada fase: el extremo superior del intervalo anterior es adecuado en las etapas de plántulas y de crecimiento vegetativo, mientras que en el periodo de floración, es preferible que los valores de pH sean más bajos.
Además, la temperatura debe establecerse y mantenerse cuidadosamente. Lo ideal es que el depósito permanezca a una temperatura de 17-20°C. Ten en cuenta que las lámparas probablemente también contribuyan al calor en el cuarto de cultivo. Seguramente necesitarás un sistema de ventilación/escape adecuado para que la temperatura general se mantenga en un nivel ideal.
Antes de instalar el depósito, asegúrate de aspirar y desinfectar el cuarto de cultivo para evitar gérmenes, bacterias, moho o polvo. Asegúrate también de calcular suficiente espacio para que las plantas puedan estirarse y florecer durante la etapa de floración. Para evitar que las plantas compitan demasiado por los recursos, recomendamos no poner más de un par de plantas en cada armario de DWC en casa.
PASO 2: OXÍGENO
La solución del depósito de DWC debe incluir todo lo que la planta necesita; es decir, suficiente oxígeno y la mezcla adecuada de nutrientes. En cuanto al oxígeno, puedes usar una bomba de aire y una piedra difusora para oxigenar el depósito. O bien, puedes optar por un método pasivo, sin bomba, que no gaste electricidad y que te ahorre dinero. En definitiva, una bomba de aire proporciona un flujo de oxígeno al depósito, mientras que la piedra difusora ayuda a dispersar el oxígeno disuelto por todo el tanque.
Usar una bomba y una piedra es la opción más segura para darle a las plantas suficiente oxígeno en la forma que mejor pueden absorberlo, aunque también puedes tener buenos resultados usando solo la piedra. Este método pasivo se puede combinar con el método Kratky, donde colocas las macetas de red a una altura que suspende las raíces un 50% en el aire y un 50% en el agua rica en nutrientes. De esta manera, el oxígeno que reciben desde el exterior del depósito es suficiente para que las plantas se mantengan sanas y productivas.
PASO 3: FERTILIZANTES
Por supuesto, las raíces no solo deben estar bien oxigenadas, también deben estar bien alimentadas. Los fertilizantes que eches en el agua deben ajustarse a la variedad que hayas elegido, aunque en general se recomienda ir con precaución. Al principio, empieza dándole a las plantas la mitad de la dosis de fertilizante recomendada en el envase del producto. Esto se hace para comprobar cómo reacciona la planta, y porque los productores de fertilizantes suelen recomendar más de lo que realmente se necesita.
Al igual que cualquier otro modo de cultivo de cannabis, la planta requerirá proporciones diferentes de macronutrientes y micronutrientes durante cada fase de crecimiento. Si ves que las plantas responden bien a la mitad del programa de fertilización y que podrías usar un poco más de chicha, empieza a aumentar la dosis poco a poco.
Es probable que tengas que refrescar la solución una vez a la semana más o menos. También debes controlar de manera regular los valores de nutrientes y pH para asegurarte de que las plantas tengan lo que necesitan, y que también puedan absorberlo. Cuando refresques la solución de fertilizantes, también tendrás que reponer el nivel del agua. Para ello, añade una solución con aproximadamente la mitad de la concentración de la solución fertilizante inicial.
Consejo profesional: Plantéate convertir tu sistema básico en un sistema de cultivo bubbleponic un poco más elegante, es decir, un sistema DWC mejor alimentado. Básicamente, una bomba empuja la solución fertilizante hacia la parte superior de las raíces, que luego gotea hacia el depósito. Esto es ideal cuando las raíces de la planta todavía no se han desarrollado lo suficiente como para llegar a la solución por sí mismas, y de esta manera se acelera el crecimiento de forma significativa. Una mejora en la alimentación es un buen añadido, aunque no es esencial.
PASO 4: RECIPIENTE
Dependiendo del tamaño de tu cultivo, pondrás una planta por cada maceta de red o varias plantas en bandejas perforadas más grandes. Evita los recipientes que no sean específicos para sistemas hidropónicos. Aunque los cultivadores más veteranos experimenten haciendo sus propias macetas, si eres principiante es mejor que no corras riesgos. Tienes que asegurarte de que las plantas se mantengan de forma segura en su sitio y que las raíces tengan la libertad de poder crecer hacia el depósito.
Dicho esto, hay un montón de soluciones caseras. Ten en cuenta solamente que, sea cual sea el recipiente que utilices, debe ser lo suficientemente grande para que crezcan las plantas, con suficientes agujeros (pequeños) para las raíces. Si los agujeros son demasiado grandes, las piedras de arcilla u otro medio inerte pueden caerse al depósito. Controla también que los agujeros que hagas tú no sean tan afilados como para dañar las raíces cuando buscan oxígeno.
PASO 5: MEDIO DE CULTIVO
Como hemos mencionado, tienes que plantar tus plántulas en un medio inerte en macetas de red. Para el DWC, las bolitas de arcilla y lana de roca son dos opciones habituales. Debes elegir un medio que proporcione a tus plántulas suficiente estructura, pero que no absorba demasiada humedad. Si el medio se humedece demasiado, puede causar pudrición de tallo. La parte inferior del medio es lo único que debe permanecer húmedo, mientras que el resto debe estar seco.
Si vas a empezar desde la semilla, primero siembra en un jiffy, espera hasta que las plántulas hayan desarrollado su primer conjunto de hojas "reales" (que no sean cotiledones), y luego ya puedes colocarlas en un recipiente lleno con el medio de cultivo que elijas.
Coloca cada maceta de red sobre el depósito para que la base del recipiente permanezca en contacto constante con la solución, o unos pocos centímetros por encima, dependiendo de la configuración que elijas. Las raíces de las plantas de cannabis se expandirán en busca de nutrientes, oxígeno y agua, y una vez que lleguen a la solución, ¡serás testigo de una verdadera explosión de crecimiento!
CONCLUSIÓN/OBSERVACIONES
Hoy en día, estamos presenciando un apogeo de las técnicas hidropónicas. El conocimiento se difunde y los equipos son cada vez más asequibles y accesibles. Lo que antes era solo para expertos en cultivo de cannabis ahora es la norma habitual entre aficionados. ¡Producir cosechas abundantes en poco tiempo y con menos recursos es tentador para cualquiera! Al mismo tiempo, debes considerar cuáles son tus necesidades y objetivos como cultivador de cannabis para saber si un sistema DWC es adecuado para ti.
Si es tu primer cultivo, no te recomendamos que empieces con DWC. Pero sí te sugerimos que pruebes en suelo para que primero puedas experimentar el proceso "natural", y para que puedas remediar más fácilmente cualquier problema con el pH, la temperatura, etc. Es mejor ir sin prisa pero sin pausa.
Pero si tienes algo de experiencia en suelo y quieres adentrarte en la hidroponía, el DWC puede ser una manera excelente de hacerlo. Tendrás que realizar un cierto desembolso monetario y vigilar la evolución, pero una vez que lo domines, te sorprenderás con lo grandes y productivos que pueden ser tus cogollos. ¡La única forma de descubrir si el DWC es adecuado para ti es intentándolo!