Todo Lo Que Debes Saber Sobre El Polen Y La Cría De Marihuana
¿Buscas información sobre la cría, los cruces genéticos y el polen del cannabis? Tanto si acabas de iniciarte en el cultivo de marihuana, como si ya tienes experiencia o simplemente quieres profundizar en el tema, estás en el lugar adecuado. Déjanos explicarte todo lo que hay que saber, empezando por el polen.
¿Qué es el polen de cannabis?
Al igual que muchas otras especies de plantas, el polen de la marihuana es producido por las plantas macho, que lo liberan para fecundar a las plantas hembra. El cannabis es una especie dioica, es decir, produce plantas masculinas y plantas femeninas. El polen de marihuana es un polvo fino de color amarillo pálido, que es fundamental para su reproducción. Ya sea para perpetuar un linaje determinado o para realizar cruces con el fin de crear cepas híbridas, no debemos subestimar la importancia del polen.
Fuentes de polen de marihuana
El polen del cannabis se suele obtener de las plantas macho con cromosomas XY. Las plantas con genética masculina producen polen para fecundar a las plantas femeninas. En la naturaleza, el viento transporta este polen hasta que encuentra una hembra. Pero también se puede recolectar de las propias plantas en entornos controlados y utilizarse con plantas hembra especialmente seleccionadas.
Este polen es el que se usa para la cría selectiva. Sin embargo, las plantas masculinas no son las únicas que pueden producir polen. Las plantas de cannabis hembra, con cromosomas XX, se pueden manipular a través de varios procesos para que produzcan polen. Estas técnicas permiten la creación de semillas feminizadas.
Estos son los métodos tradicionales para obtener polen de marihuana, pero también se puede comprar ya extraído y listo para usar. Aunque, dependiendo de dónde vivas, podría ser caro y difícil de encontrar.
Cómo recolectar polen para usarlo más adelante
La recolección de polen es un proceso delicado que debe realizarse con mucho cuidado y paciencia. A medida que las plantas macho se desarrollan, los cultivadores verán cómo empiezan a hincharse los saquitos de polen (las flores masculinas, también conocidas como platanitos); una clara señal de que están casi listas para abrirse y liberar el polen. En general, la producción de polen tiene lugar varias semanas después del comienzo de la floración.
Si quieres recolectar polen de una planta cultivada en interior, asegúrate de que no haya brisa ni un ventilador eléctrico cerca de ella; o de lo contrario, tu polen saldrá volando. Ahora que ya cuentas con las condiciones ideales, es hora de recolectar el polen.
Hay un par de formas de llevar a cabo la recolección, y una de ellas es esperar a que el saquito se abra y el polen caiga sobre las hojas. Una vez que esté en las hojas, podrás desempolvarlo y depositarlo sobre un trozo de papel limpio. El segundo método consiste en arrancar con cuidado un saquito de polen de la planta y darle unos golpecitos sobre un papel. Después de un par de ellos, verás cómo se forma un montoncito de polen listo para usar.
Como ya hemos dicho, la planta tarda varias semanas en preparar sus saquitos de polen. Sin embargo, quienes tengan mucha experiencia en el cultivo podrán identificar con precisión el momento en que las flores masculinas estén listas, y exprimirlas para extraer el polen. Pero esto requiere de una perfecta sincronización, ya que el polen debe estar maduro para ser viable.
Cómo almacenar el polen
Ahora que ya has recolectado el polen, necesitas un método de almacenamiento adecuado (si no vas a usarlo de inmediato). Lo ideal es guardarlo en un entorno fresco, oscuro y, lo más importante, seco. La humedad es tu peor enemiga en lo que respecta al almacenamiento del polen. Un armario de cocina o una despensa son dos lugares ideales para esto. Algunas personas ponen un paquete de gel de sílice junto al polen para reducir el riesgo de que se vea afectado por la humedad.
Paquete De Gel De Sílice
Como regla general, el polen almacenado a temperatura ambiente (por ejemplo, en un armario) dura aproximadamente 1-3 semanas. Pero, si quieres conservarlo durante más tiempo, guárdalo en la nevera o en el congelador; en la nevera puede durar hasta 3 meses y en el congelador hasta 12 meses. En estos casos, es fundamental usar gel de sílice, ya que esos entornos pueden generar humedad con mucha facilidad.
Utiliza un recipiente adecuado para almacenar el polen
Ya tienes un lugar para almacenar tu polen, pero ¿dónde lo vas a meter? Muy fácil, en un recipiente hermético. Hay quien prefiere usar bolsas de plástico con cierre de cremallera, pero la opción más segura es invertir en un envase hermético y a prueba de luz, para evitar que se dañe el polen.
Relación entre el polen y la cría de marihuana
Como ya hemos dicho, el polen se puede usar para criar cepas de cannabis. Mientras que, en la naturaleza, la polinización depende de la casualidad y el emplazamiento de las plantas, en un entorno controlado podemos cruzar las cepas con relativa facilidad. Pero ¿por qué es el polen tan importante para la cría de marihuana?
Existen dos tipos principales de cría. El primero es la endogamia, que consiste en cruzar machos y hembras de la misma cepa. Estos cruces producirán semillas muy parecidas a las plantas parentales.
El otro método de reproducción es la exogamia, que implica cruzar una planta macho y una planta hembra de dos cepas distintas para crear una nueva variedad híbrida. Esta técnica ha producido cepas excepcionales, como las variantes autoflorecientes que utilizamos en la actualidad. La combinación de diferentes cepas puede resultar en una mayor potencia, mejores efectos y sabores, y distintos rasgos de crecimiento, entre otras características. Sin embargo, también se pueden obtener otras combinaciones menos interesantes. Los criadores que tengan más experiencia y sean más atrevidos aprenderán más sobre la genética y cómo manipularla, para producir cepas personalizadas con unos rasgos determinados.
En esencia, la cría de marihuana y el uso del polen son bastante simples. Lo único que necesitas es colocar una planta macho y otra hembra en un mismo espacio, cuando estén floreciendo, para que produzcan semillas. Siempre que se produzca polen y lo reciba una planta hembra, tendrá lugar la cría.
Qué debes tener en cuenta para la cría de marihuana
Hay otros aspectos que tendrás que considerar a la hora de criar cannabis: desde las cepas que vas a usar y las características que buscas, hasta conocimientos básicos sobre la genética dominante y recesiva de la marihuana. Si controlas todos estos factores, podrás producir cannabis "casero" o "artesanal" de calidad en tu propio hogar. Vamos a ver todos estos aspectos individualmente para que los entiendas mejor.
Qué cepas usar para empezar a criar
Posiblemente el factor más importante son las variedades que vas a usar para la cría. Sabemos que se pueden cruzar prácticamente cualquier pareja de cepas de cannabis, y que se necesitan plantas masculinas y femeninas. Pero ¿con qué cepas deberías empezar?
Aunque sea muy tentador usar dos de tus variedades favoritas, es posible que su combinación te decepcione. Incluso si cruzas dos cepas de calidad superior, como por ejemplo la OG Kush y la White Widow, nadie te garantiza que la próxima generación de plantas sea buena. Así que piénsatelo bien a la hora de elegir tus variedades y no tengas miedo de experimentar. ¿Quién sabe? Es posible que dos cepas aparentemente incompatibles sean las más provechosas.
Cómo elegir los mejores fenotipos
Una vez que hayas comprado y cruzado tu primer lote de semillas, obtendrás un nuevo lote cuando la planta finalice la floración. Estas semillas tendrán una genética distinta a pesar de provenir de las mismas cepas parentales y, en consecuencia, se convertirán en fenotipos únicos; de la misma forma que dos personas pueden tener varios hijos y cada uno de ellos es diferente. Pero ¿qué debes buscar en los fenotipos?
Tanto si lo haces como un hobby, como si estás pensando en crear tu propio banco de semillas, tu objetivo como criador/a es identificar los rasgos más interesantes de tu próxima generación de semillas y reproducirlos de forma selectiva. Puede parecer difícil, pero no tiene por qué serlo.
Pare ello, primero tendrás que decidir qué rasgos quieres reproducir. Estos pueden ser un montón de cosas, como la productividad, un aroma concreto, el tiempo de floración, el color, o la resistencia a las plagas y el moho. Si eres novato/a, es posible que tardes un tiempo en familiarizarte con tus cepas, pero tan pronto como lo hagas, sabrás lo que buscas de manera instintiva.
Conceptos básicos sobre genética dominante y recesiva
Deducir si un rasgo es dominante o recesivo es relativamente fácil. Los rasgos dominantes se expresan con más frecuencia en la descendencia que los rasgos recesivos. Para hacer un seguimiento de los rasgos recesivos y dominantes de varias generaciones de plantas, resulta muy útil utilizar un cuadro de Punnett.
Con este cuadro es muy fácil ver qué rasgos genéticos de tus plantas son dominantes y recesivos. Ten en cuenta que, aunque un rasgo determinado no se haya transmitido de las plantas parentales a la siguiente generación, no significa que ese rasgo haya desaparecido del acervo génico. Sigue ahí, pero lo más probable es que sea un rasgo recesivo; y si continúas con la cría, es posible que se manifieste en las generaciones siguientes. A medida que vayas adquiriendo más experiencia, sabrás si esto es algo positivo o negativo para ti.
¿Qué rasgos merece la pena reproducir?
En lo que respecta a los rasgos que más merece la pena reproducir, todo depende de tus gustos y preferencias. Pero hay algunos que, en general, son más apreciados que otros tanto por los cultivadores como por los criadores. Para que te sirvan como inspiración, aquí tienes algunos que podrían interesarte.
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Tiempo de floración corto
Una floración breve es un rasgo muy apreciado a la hora de criar marihuana. ¿Quién no querría disfrutar de unos cogollos sabrosos cuanto antes? De hecho, las variedades con tiempos de floración cortos (6-8 semanas) significan que puedes cultivarlas hasta 3 o 4 veces al año en interior, lo que proporciona un flujo constante de hierba.
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Altura baja
Quienes prefieran un cultivo más discreto y controlado elegirán una planta pequeña. Las plantas de marihuana de tamaño pequeño son ideales para los cuartos de cultivo interior. Las sativas altas y alargadas, por otro lado, pueden ser muy difíciles de manejar en espacios reducidos. Así que, si vas a cultivar en interior, probablemente sea buena idea criar cepas de baja estatura.
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Autofloreciente
En lo que respecta al cultivo de cannabis, todos preferimos seguir el camino más fácil. Dado que no necesitan mucho mantenimiento ni un cambio en el ciclo de luz para empezar a florecer, las variedades autoflorecientes son perfectas para todo el mundo, independientemente del nivel de experiencia. Si vives en una zona con veranos cortos, o solo dispones de un espacio o un presupuesto limitados, la cría y cultivo de variedades auto es una alternativa estupenda.
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Estructura de los cogollos índica
Las índicas producen de forma natural cogollos densos y con un aspecto más atractivo que los de sus equivalentes sativa, que suelen ser más delgados y aireados. Si quieres conseguir el tipo de cogollo que venden en los clubs de cannabis o coffeeshops, plantéate la posibilidad de criar plantas con genética índica.
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Color
A veces, el aspecto de la marihuana puede ser incluso más atractivo que su aroma y sabor, y no hay nada más interesante que una planta salpicada de color. Además del típico verde, las plantas de cannabis pueden producir cogollos de color naranja, rojo e incluso morado. Busca estos rasgos en tu descendencia, y selecciona y cría los que más te gusten.
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Sabor
Las cepas de marihuana modernas ofrecen unos sabores más fuertes y deliciosos gracias a los distintos perfiles terpenoides, que son otra característica ideal para perpetuar. Utiliza la cría para realzar determinados aromas y sabores.
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Productividad
¿A quién no le gustan las plantas muy productivas? La elección de un fenotipo con un excelente potencial de producción puede aumentar las cosechas de las siguientes generaciones de híbridos. Y si lo combinas con una planta de floración rápida, ¡podrías acabar obteniendo un linaje portentoso y superproductivo!
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Potencia
Esto puede ser complicado, salvo que dispongas de los instrumentos necesarios para medir el contenido de THC y/o CBD. Aun así, es posible elegir los ejemplares más potentes y/o equilibrados de una variedad, para conseguir el perfil cannabinoide que prefieras.
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Resistencia a plagas y moho
Algunas cepas de marihuana tienen una predisposición natural para repeler o resistir las plagas, el moho, las enfermedades, etc. La elección de ciertos fenotipos por su robustez y vigor puede ser especialmente ventajosa para quienes cultivan en climas poco favorables.
Tipos de cría de marihuana
Ahora que ya sabes qué rasgos quieres transmitir a tus nuevas generaciones de cannabis, es hora de ver qué tipos de cría existen y cómo sacar el máximo partido a una cepa. Básicamente, hay tres tipos de cría de marihuana: selección direccional, apareamiento compensatorio y producción de semillas. Vamos a explicar cada uno de ellos para que veas en qué consisten.
Selección direccional
La selección direccional favorece un rasgo determinado y actúa para preservarlo y reproducirlo. Por ejemplo, si te interesa un perfil aromático específico, la selección direccional te permite identificar el fenotipo exacto que lo produce. Y puedes utilizar ese fenotipo para crear una cepa con el mismo perfil aromático. Es, básicamente, un tipo de selección natural negativa (la eliminación selectiva de ejemplares no deseados) que permite adaptar las variedades a los requisitos y gustos exactos del criador.
Apareamiento compensatorio
Un método de cría que permite seleccionar los mejores rasgos de dos plantas distintas para producir una cepa nueva. Idealmente, esta nueva variedad compensará los defectos o limitaciones de las plantas parentales. Esto se podría hacer, por ejemplo, cruzando una cepa alta y poco densa con otra pequeña y tupida. El resultado sería una planta con los rasgos más fuertes de ambos padres, que podrían reflejarse en una menor altura, pero con una mejor distribución de las zonas de formación de cogollos. Los resultados pueden ser muy variados, por lo que se necesitarían ciertos ajustes y un proceso de varias generaciones.
Producción de semillas
Aunque no está reconocida como un método de cría verdadero, la producción de semillas consiste en saturar a las plantas hembra de polen. Es parecido a cómo sucede en la naturaleza, donde el polen interactúa con las plantas para producir semillas. Mientras que los otros métodos de cría se centran en seleccionar ciertos rasgos, la producción de semillas solo se utiliza para este fin: producir semillas, cualquier tipo de semillas.
Cómo usar el polen para producir marihuana
El polen recolectado de una planta macho, o de una hembra revertida, se puede utilizar para la cría de cannabis. Como ya hemos mencionado, esto se puede conseguir mediante la endogamia y la exogamia. Supongamos que has recolectado y almacenado polen de una planta. Siempre puedes implementar el método de producción de semillas y aplicar el polen directamente sobre una planta hembra. Pero también puedes poner una planta macho junto a una hembra, y montar un espacio de polinización con un sistema de ventiladores para simular un entorno exterior más natural, de modo que polen llegue a la planta vecina; o también puedes restregar las hojas espolvoreadas de polen de la planta macho sobre los pistilos expuestos de la hembra.
Independientemente del método que elijas, el trabajo físico que supone la cría es relativamente sencillo; lo importante es hacerlo en el momento adecuado. Muchos cultivadores esperan unos 24 días a partir del comienzo de la floración para polinizar sus plantas.
Planifica la polinización y cría tus propias cepas
Ahí tienes nuestro análisis de todo lo que necesitas saber sobre cómo utilizar el polen y los diversos métodos de cría de marihuana. Es posible que te parezca demasiada información, especialmente si no tienes mucha experiencia de cultivo, pero no dejes que eso te desanime. En realidad, es cuestión de practicar, probar varias cosas y, en general, aprender sobre la marcha. No tengas miedo de cometer errores a la hora de producir nuevas cepas de cannabis, y tu experiencia y confianza aumentarán con el tiempo.