Crecimiento Lento Del Cannabis: Causas Y Cómo Remediarlo
Uno de los problemas más habituales al que se enfrentan los cultivadores de marihuana, tanto principiantes como veteranos, es el crecimiento lento de las plantas. Aunque algunas plantas puedan tardar un poco más en madurar que otras, si observas que el crecimiento se estanca en lo que debería ser una planta sana, querrás resolver el problema cuanto antes. Sin embargo, el crecimiento lento del cannabis puede deberse a varias causas, por lo que primero tendrás que identificar el origen del problema para que tu planta se recupere y vuelva a crecer con normalidad.
Si tus plantas de marihuana crecen lentamente, o simplemente quieres evitar este problema, te explicamos todas sus posibles causas y, lo que es más importante, cómo solucionarlas.
Semillas de baja calidad
Las semillas son la base de un cultivo de marihuana. Usar semillas viejas o de mala calidad dará lugar a un crecimiento lento y cosechas pobres. Aunque las semillas de cannabis tienen una vida útil relativamente larga si se almacenan en condiciones adecuadas, no duran eternamente. Y si usas las semillas que encuentras en los cogollos que compraste a un camello, tu cultivo estará condenado al fracaso.
Cómo solucionarlo
Aunque no puedes “solucionar” las semillas de baja calidad, puedes evitar este problema desde un principio. Comprar semillas de marihuana de bancos de semillas fiables y de alta calidad es una forma segura de garantizar una germinación fiable y un crecimiento rápido y vigoroso, siempre y cuando se den las condiciones ideales para ello. Además, los bancos de semillas suelen ofrecer información valiosa sobre cada variedad, como la fase de floración estimada, lo que puede darte una mejor idea de cómo van tus plantas. En definitiva, no conviene escatimar demasiado a la hora de comprar semillas.
Ahora bien, además de conseguir semillas de alta calidad, puedes comprobar su viabilidad sometiéndolas a una “prueba de flotación”. Para ello, llena un vaso con agua y añade las semillas; las que se hundan hasta el fondo probablemente germinarán, mientras que las que floten probablemente no lo harán. Para asegurarte bien, espera dos horas antes de decidir qué semillas usar y cuáles tirar.
Estrés de los esquejes
Cuando cultivas con esquejes en lugar de semillas, si el esqueje sufre un estrés excesivo a la hora de cortarlo y enraizarlo, o no lo haces de forma correcta, podría crecer lentamente o no crecer en absoluto. En pocas palabras, hacer esquejes consiste en cortar ramas de una “planta madre” en fase vegetativa, y luego cultivar estos esquejes que serán copias genéticas exactas (clones) de la madre. Si tienes éxito al hacer los esquejes, puedes conservar las cualidades de una planta productiva y, al mismo tiempo, ahorrar algo de tiempo de la fase vegetativa. Pero, si la cosa se tuerce, puede que los esquejes no crezcan vigorosamente, o puede que incluso no lleguen a desarrollar raíces.
Cómo solucionarlo
Para que puedan enraizar y convertirse en plantas en crecimiento vegetativo, el proceso de hacer los esquejes debe hacerse de forma esterilizada y en unas condiciones ambientales específicas. La humedad es un factor importante en este proceso, como ocurre al cultivar plántulas a partir de semilla. Para un enraizamiento óptimo, se recomienda una humedad relativa (HR) del 70-80%, junto con una temperatura de 22°C y un pH de 6,0 aproximadamente.
Además, al cortar los esquejes, utiliza un cuchillo/bisturí esterilizado y bien afilado, y corta en un ángulo de 45° para que quede más superficie expuesta. A continuación, puedes aplicar hormonas de enraizamiento en la zona del corte para ayudar a activar este proceso tan importante. Muchos cultivadores aplican algún tipo de producto enraizante para asegurar el buen desarrollo de las raíces, ya que los esquejes son conocidos por ser un poco caprichosos durante las primeras etapas.
Iluminación inadecuada
Incluso los cultivadores menos experimentados saben que la marihuana necesita mucha luz (y del tipo adecuado) para crecer bien y producir grandes cosechas. Si no proporcionas la luz necesaria a tus plantas, empezarán a crecer lentamente.
Las plantas no reciben suficiente luz
La falta de luz es un problema que afecta tanto a los cultivos de interior como de exterior, y puede deberse a varios factores. Los días nublados, las luces de cultivo deficientes o tener demasiadas plantas juntas pueden impedir que tus plantas alcancen su máximo potencial genético. La falta de luz no solo frena el crecimiento, sino que las plantas podrían estirarse en un esfuerzo desesperado por recibir más luz; y este no es el tipo de crecimiento que queremos. El estiramiento no aporta nada positivo a la cosecha, y suele crear plantas débiles o poco robustas.
Las plantas reciben demasiada luz
Por otro lado, también está el exceso de luz. Especialmente si tus plantas se exponen a la luz solar directa durante demasiado tiempo, el calor puede ralentizar los procesos metabólicos de la planta y su crecimiento general. En caso de que haya una ola de calor o la temporada de cultivo sea especialmente calurosa, mueve las plantas a la sombra durante parte del día si están en macetas, o pon una malla de sombreo sobre las plantas si están directamente en la tierra.
En los cultivos de interior, las quemaduras por luces son un claro indicio de una exposición excesiva a la luz. Cuando se producen este tipo de quemaduras, las hojas adquieren un aspecto amarillento y quemado, pero las venas siguen verdes. Esto significa que las luces de cultivo están demasiado cerca o son demasiado potentes.
Espectro lumínico inadecuado
Aparte de la cantidad de luz que reciben las plantas, la marihuana también necesita un espectro de luz determinado para crecer y florecer, y sus necesidades cambian a lo largo de las diferentes fases del cultivo. En concreto, las plantas de cannabis prefieren la luz del espectro azul durante la fase vegetativa, y la luz del espectro rojo durante la floración.
Estrés lumínico: interrupción del ciclo de oscuridad
Las plantas de marihuana fotoperiódicas necesitan ciertas horas de oscuridad para florecer. Si el ciclo de oscuridad se interrumpe, también podría interrumpirse el crecimiento de las plantas. Unas farolas potentes en la calle, o incluso unas pequeñas filtraciones de luz en el armario de cultivo, pueden frenar el crecimiento de las plantas o, en algunos casos, hacer que vuelvan a la fase vegetativa.
Cómo solucionarlo
En lo que respecta a la iluminación del cannabis, todo es cuestión de equilibrio. Al aire libre, estás a merced de los caprichos de la madre naturaleza; pero también sabes que tus plantas reciben el tipo de luz adecuado para crecer óptimamente.
En los cultivos de interior, hay que planificar bien las cosas. Muchos cultivadores de cannabis optan por luces LED o HID. Las LED se están convirtiendo rápidamente en la principal opción; están diseñadas para proporcionar el espectro lumínico adecuado para las diferentes fases del cultivo, y además suelen emitir mucho menos calor que las luces de cultivo habituales.
En cualquier caso, es importante asegurarse de que las plantas estén bien espaciadas para que la parte inferior de cada ejemplar reciba suficiente luz. Además, a medida que crezcan las plantas, tendrás que ir subiendo las lámparas para que haya una distancia adecuada entre las luces y la parte superior de las plantas, a fin de garantizar un desarrollo óptimo y evitar las quemaduras por luces. Y recuerda asegurarte de que no haya filtraciones de luz durante las horas de oscuridad; puedes usar cinta americana en el armario de cultivo o usar algún tipo de cobertura para proporcionar a tus plantas un periodo de oscuridad ininterrumpida.
Problemas de las raíces
La salud de las raíces influye enormemente en la salud de la planta. Así que, si tus plantas parecen descontentas, debes buscar el origen del problema. Si las raíces están demasiado húmedas o secas, o están anudadas, pueden detener el crecimiento de forma significativa y habrá que actuar de inmediato para evitar un desastre.
Demasiada agua
El exceso de riego es uno de los errores más habituales entre los cultivadores. O bien riegan con demasiada frecuencia, o dan demasiada agua a la vez en el momento equivocado. Al igual que ocurre con la luz, si las plantas sufren un exceso de riego mostrarán síntomas en sus hojas, que empezarán a marchitarse, y las raíces quedarán expuestas a una serie de patógenos y otras posibles amenazas para la salud.
Falta de agua
La falta de agua es menos preocupante, pero también puede entorpecer el crecimiento de las plantas. Si no reciben suficiente agua, las plántulas y las plantas jóvenes, en particular, suelen crecer mucho más despacio. En estas primeras fases del cultivo, las plantas que no reciban suficiente agua serán más pequeñas que el resto, y sus hojas también parecerán más delgadas o secas.
Maceta de tamaño incorrecto
Si usas una maceta demasiado pequeña, la planta no tendrá suficiente espacio para expandir sus raíces, por lo que empezarán a crecer enredadas entre sí. Como resultado, la planta no podrá crecer más de lo que le permita el tamaño de la maceta. Por otro lado, usar macetas demasiado grandes y espaciosas puede aumentar la probabilidad de sufrir un exceso de riego y un exceso de fertilización.
Cómo solucionarlo
Al regar la marihuana, conviene ser prudente. Es mejor hacerlo con menos frecuencia y dejar que la tierra se seque antes de volver a regar. Dicho esto, cuando riegues, asegúrate de empapar la tierra lo suficiente, de modo que un 10-15% del agua de riego salga por la base de la maceta. Para saber cuándo hay que volver a regar, puedes levantar las macetas; si sientes que tienen cierto peso, estarán saturadas de agua, pero si se sienten ligeras, estarán listas para regar de nuevo.
En cuanto al tamaño de la maceta, una regla general es usar 8l de tierra por cada 25cm de la altura final prevista de la planta. Puedes ajustar el tamaño de la maceta en función del tamaño promedio de la variedad que estés cultivando y según las necesidades de cada planta.
Condiciones ambientales
Por lo general, las plantas de marihuana prosperan con temperaturas cálidas. Si hace demasiado frío o demasiado calor, las funciones de la planta pueden ralentizarse. Y dado que el cannabis necesita diferentes rangos de humedad a lo largo de su ciclo de vida, debes asegurarte de cambiar la HR para adaptarla a cada fase del cultivo.
Nivel incorrecto de humedad
Salvo en el caso de las plántulas y esquejes, el nivel de humedad nunca debe superar el 70% durante la fase vegetativa, ni el 50% en la fase de floración. Además, la humedad relativa nunca debe ser inferior al 35%. La humedad tiene un efecto directo en cómo se mueve el agua a través de la planta. Por tanto, si hay demasiada humedad, podría producirse un marchitamiento de la planta ya que el agua tendrá más dificultades para moverse por su interior.
Temperatura incorrecta
El cannabis crece mejor a temperaturas entre 20-30°C durante la fase vegetativa y 20-26° durante la floración. Si la temperatura supera los 32°C o cae por debajo de los 16°C, es más probable que las plantas crezcan atrofiadas o tengan problemas de salud.
Mover las plantas (del interior al exterior)
Mover las plantas de marihuana del interior al exterior les provoca una reacción de estrés. Por ejemplo, los rayos ultravioleta del sol son mucho más intensos que los de las luces artificiales a los que estaba acostumbrada la planta en el cuarto de cultivo. Si la planta no se aclimata correctamente al exterior, puede detener su crecimiento y ser más vulnerable a otros problemas.
Cómo solucionarlo
En la medida de tus posibilidades, procura que haya unos niveles óptimos de temperatura y humedad según los datos que hemos indicado arriba. Recuerda que las distintas fases del cultivo requieren rangos diferentes. Si cultivas en interior en un entorno controlado, utiliza un termómetro/higrómetro para obtener una lectura precisa de tu cuarto/armario de cultivo, y ajusta estos parámetros según sea necesario. Si cultivas al aire libre, tienes mucho menos control sobre la temperatura y humedad, pero puedes hacer todo lo posible para garantizar una buena ventilación y la salud general de las plantas.
Y si piensas mover tus queridas plantas al exterior, hazlo gradualmente. Para empezar, pon las plantas en una zona de sombra durante unas horas al día, para que se vayan acostumbrando al nuevo entorno; a partir de ahí, puedes aumentar gradualmente la exposición a la luz solar hasta que las plantas estén listas para estar expuestas a pleno sol.
Estrés causado por daños accidentales
Durante el cultivo pueden producirse accidentes. Tanto si rompes una rama al intentar entrenar las plantas, como si pones los ventiladores a máxima potencia, los daños causados pueden afectar al crecimiento, y la planta necesitará tiempo para recuperarse. De hecho, en los días siguientes notarás un crecimiento más lento, ya que la planta moverá los nutrientes en su interior para intentar reparar los daños sufridos.
Cómo solucionarlo
Los daños físicos, como las ramas rotas, deben arreglarse de inmediato. Si se reparan a tiempo, usando cañas de bambú y un poco de cinta adhesiva, las ramas rotas podrían volver a unirse y tu planta seguirá creciendo sin problemas.
Deficiencias nutricionales
Así como los humanos necesitamos comida para crecer y sobrevivir, lo mismo ocurre con las plantas. En concreto, la marihuana necesita macronutrientes y micronutrientes, y las raíces necesitan un pH determinado para poder absorber estos nutrientes eficazmente.
Nivel de pH incorrecto
En el contexto del cultivo de cannabis, el nivel de pH se refiere a la acidez o la alcalinidad del sustrato o de la solución nutritiva. Cuando el pH es inadecuado, esto dificulta que las plantas puedan absorber los nutrientes que tanto necesitan, lo que provoca un crecimiento lento y a la larga afectará a la salud de la planta.
Las raíces del cannabis absorben mejor los nutrientes cuando la tierra tiene un pH de 6-7 aproximadamente; y en el caso de los cultivos hidropónicos o sin tierra, el pH debería rondar un 5,5-6,5.
Exceso de fertilizante
Este es un error habitual entre los cultivadores novatos. A diferencia de los humanos, las plantas no van engordando si reciben más alimento del que necesitan; más bien se estresan y, como consecuencia, su crecimiento se ve afectado. El fenómeno llamado “bloqueo de nutrientes” se produce cuando las plantas reciben demasiado fertilizante y no son capaces de absorber los nutrientes disponibles, lo que irónicamente provoca síntomas de deficiencias nutricionales.
Para el cultivo de cannabis, los nutrientes suelen medirse en partes por millón (ppm). La concentración ideal de cada nutriente varía según la fase de cultivo, y cada marca de fertilizante indicará una dosis recomendada; así que procura respetarla.
Falta de nutrientes
La falta de nutrientes también puede provocar un crecimiento lento de las plantas. Si usas un abono comercial, sobre todo un abono específico para el cannabis, no deberías tener ningún problema para dar a tus plantas todo lo que necesitan. Lo mismo ocurre si usas un fertilizante ecológico o compost de buena calidad. Pero si tus plantas no reciben suficientes nutrientes, aumenta la cantidad de abono que les proporcionas (dentro de lo razonable).
Valores de CE incorrectos
En pocas palabras, la CE (conductividad eléctrica) se refiere a la concentración de sales en la solución nutritiva de las plantas. Se usa como indicador de que una planta está recibiendo la cantidad adecuada de nutrientes. Y dado que las necesidades nutricionales varían de una planta a otra, también lo hace el valor de la CE. Si es demasiado alto, podría indicar una sobrecarga de nutrientes, que podrás detectar a través de sus síntomas (hojas con las puntas quemadas y marchitas).
Cómo solucionarlo
Ten en cuenta que las plantas son muy sensibles a los nutrientes, y que un exceso de algo bueno puede ser peor que un déficit. Además, independientemente de la cantidad de abono que des a las plantas, si el pH no está dentro del rango adecuado, las raíces no podrán absorber los nutrientes, lo que provocará signos de deficiencia. Por tanto, utiliza un medidor de pH junto con un medidor de EC, no solo para asegurar un pH óptimo, sino también para conocer la cantidad de sales del fertilizante que hay en el sustrato y así poder ajustar la cantidad de abono según corresponda. Además, ten en cuenta que las plantas adultas no necesitan tantos nutrientes, especialmente a medida que su ciclo vital llega a su fin; así que modérate con el fertilizante.
Estrés causado por plagas o enfermedades
Cualquier planta puede sufrir plagas y patógenos, pero ciertas condiciones ambientales favorecen la aparición de plagas o de enfermedades bacterianas, víricas y fúngicas que pueden ralentizar seriamente el crecimiento de las plantas o incluso matarlas. Por ejemplo, el moho puede acabar rápidamente con tus preciados cogollos, y algunos bichos pueden arrasar con plantas enteras, y no querrás que pase eso tras haber dedicado tanto tiempo y esfuerzo a cultivarlas.
Cómo solucionarlo
En el caso de las plagas y los patógenos, siempre es mejor prevenir que curar, así que intenta mantener unas condiciones ambientales óptimas en el cuarto de cultivo. En los cultivos de exterior, las plantas están expuestas a muchas plagas, tanto grandes como diminutas, así que considera la opción de colocar estructuras de protección, usar insectos beneficiosos, plantar cultivos asociados, y poner barreras contra las babosas y los caracoles. Y si tu cultivo sufre una infestación, el aceite de neem es eficaz para eliminar muchas plagas y enfermedades fúngicas, así como para prevenirlas.
También es importante que inspecciones tus plantas a menudo. A muchas plagas les gusta esconderse y poner huevos debajo de las hojas, así que es mejor revisar bien las plantas.
Estrés por técnicas de entrenamiento
Algunas técnicas de entrenamiento son eficaces para aumentar la cosecha, controlar la altura de las plantas y garantizar un buen uso del espacio y de la luz. Pero las técnicas de entrenamiento de alto estrés, como indica su nombre, implican someter a las plantas a lesiones traumáticas. Y aunque estas técnicas (como la poda, el topping o el fimming) pueden ser beneficiosas, las plantas necesitarán tiempo para recuperarse y su crecimiento se detendrá durante días o incluso semanas.
El problema está en que, si realizas estas técnicas con demasiada frecuencia o en el momento equivocado, puede que tus plantas no tengan la oportunidad de recuperarse del todo, lo que afectará a su crecimiento y su floración.
Cómo solucionarlo
En general, se aconseja aplicar las técnicas de entrenamiento únicamente durante la fase vegetativa, ya que no querrás que las plantas se centren en recuperarse del estrés en lugar de dedicarse a producir cogollos. Pongamos como ejemplo el topping. Conviene hacerlo al principio de la fase vegetativa, cuando las plantas tienen 3-5 nudos; probablemente podrás hacer otro topping más adelante, pero recuerda que debes dejar a la planta al menos una semana de “descanso” antes de hacerle nada más. Y ten en cuenta que las plantas autoflorecientes no deben someterse a ninguna técnica de entrenamiento de alto estrés, ya que su ciclo de vida está predeterminado y no puede prolongarse.
Asegura un crecimiento rápido de tus plantas de marihuana
Esta guía te ayudará a prevenir y solucionar los problemas relacionados con el crecimiento lento de las plantas de cannabis. Ya sea debido a plagas, condiciones ambientales inadecuadas o algún accidente durante el cultivo, la única forma de que hacer que tus plantas recuperen la salud es ir al origen del problema. Como consejo final, te recomendamos llevar un diario de cultivo para ir anotando todo lo que aprendas con cada cultivo, de modo que te ayude a identificar rápidamente cualquier problema que pueda surgir. ¡El crecimiento lento de tus plantas será cosa del pasado!