La mantequilla de marihuana, o "cannabutter", es la base de casi toda la cocina con cannabis. Saber cómo se hace es garantía de que todo lo que cocines tendrá el potencial de ofrecer un estupendo y vibrante colocón.
A veces olvidamos lo versátil que puede ser la marihuana. Obviamente, fumar y vapear son dos vías muy exploradas. Pero si nos fijamos en los usos del cannabis en el mundo de los comestibles, realmente podemos apreciar su versatilidad; un buen ejemplo de ello es la mantequilla de marihuana o cannabutter.
Cabe señalar que existen muchas recetas para hacer mantequilla de cannabis, y la que aparece a continuación no es más que una de ellas.
Pero, antes de empezar, una advertencia. Cocinar con grasas y agua hirviendo puede ser muy peligroso si eres un poco torpe o no lo preparas bien. Es muy recomendable que lleves ropa de manga larga y guantes que puedan aguantar el calor. De lo contrario, podrías quemarte.
Aunque se puede hacer mantequilla de marihuana con unos buenos cogollos, mucha gente lo considera un desperdicio de hierba que está en perfectas condiciones para fumar. Así que, en lugar de usar cogollos, puedes usar los restos del manicurado de tu cosecha. De este modo podrás hacer una mantequilla de cannabis con un efecto considerable, sin necesidad de gastar tus cogollos.
Al seleccionar los restos de manicurado, es preferible usar las pequeñas hojas de azúcar, seguidas de las hojas de abanico. Las hojas tienen una mayor concentración de tricomas (y por tanto más cannabinoides) que los tallos o ramas. Pero esto no significa que no debas usar los tallos o ramas; simplemente debes ser consciente de que si los usas para hacer mantequilla de cannabis necesitarás más material vegetal para crear un producto final suficientemente potente.
¿Qué es la mantequilla de cannabis o cannabutter? ¿Se trata simplemente de poner unos cogollos en un bloque de mantequilla y untarlo en una tostada? No exactamente. La mantequilla de marihuana se elabora con una receta bastante sencilla, y el resultado es un producto muy versátil, ya que puedes usarlo para sustituir la mantequilla en cualquier receta. Por ejemplo, puedes hacer unos brownies o galletas de marihuana, o puedes simplemente untar un poco de cannabutter sobre un buen filete de carne; tú eliges, las opciones son infinitas.
Si quieres preparar una deliciosa mantequilla de cannabis, estás en el lugar adecuado. Con nuestra sencilla receta obtendrás una mantequilla muy sabrosa que te proporcionará un potente colocón. Si prefieres hacer una versión con CBD para experimentar las posibles ventajas para el bienestar que ofrece el cannabidiol, también es perfectamente posible.
¿Pero cuál es el secreto para hacer una mantequilla de marihuana potente? Como sabemos, para poder disfrutar de los efectos psicoactivos del cannabis es necesario calentarlo; y en el caso de los comestibles, esto se hace de forma diferente que al fumar o vapear. Antes de mezclar la marihuana con la mantequilla, hay que descarboxilar los cogollos finamente molidos, para que los ácidos cannabinoides (como el THCA y CBDA) se conviertan en sus formas “activadas”: THC y CBD. Hay muchas formas de descarboxilar el cannabis, entre ellas usar un horno de cocina, aunque también existen productos como el POT de NOIDS que simplifican aun más las cosas y permiten una extracción más eficaz.
Hacer mantequilla de marihuana puede tardar entre 3 horas y un día entero, así que hazlo un día que tengas la agenda libre y tómate tu tiempo para sacar el máximo provecho de esta receta.
1. Para preparar los cogollos o los restos del manicurado, primero debes descarboxilarlos. Enciende el horno a 110ºC y desmenuza la hierba en trozos pequeños, extiéndela en una bandeja y llévala al horno 30-40 minutos. Asegúrate de revolver cada 10 minutos para que se descarboxile bien.
El proceso de infusión de la mantequilla de marihuana se produce uniendo los aceites del cannabis (que se encuentran en los tricomas) con los aceites de la mantequilla mediante calor, fusionando ambas sustancias en una sola. Por eso es importante que el cannabis tenga la mayor área superficial posible. Una mayor área superficial significa un mayor acceso a los aceites del cannabis, lo que dará lugar a una mejor mantequilla de marihuana.
2. A continuación, elige una olla que puedas llenar hasta un tercio de su capacidad con el cannabis triturado. Si vas a hacer una cantidad pequeña, elige una olla pequeña; y si vas a hacer una cantidad mayor, elige una olla más grande o varias ollas.
3. A continuación, pon la mantequilla y agua en la olla en una proporción de 1:4. Es decir, por cada paquete de mantequilla de 250g, añade un litro de agua. Haz esto hasta llenar todas las ollas que vayas a usar hasta un máximo de 2/3 de su capacidad.
Es importante que mantengas las medidas que hemos indicado (llenar hasta 1/3 con cannabis y hasta 2/3 con agua y mantequilla) porque enseguida habrá que poner la olla al fuego. Cuando la mezcla empiece a hervir, empezará a burbujear y salpicar con grasas hirviendo por todas partes. Así que haz caso de nuestra advertencia y ten mucho cuidado durante todo el proceso.
4. Ahora que tienes una “sopa” de marihuana y mantequilla en la olla, es hora de calentarla. Aquí tienes dos opciones (muy debatidas). Puedes poner el agua a una temperatura muy elevada haciendo que hierva rápidamente y con fuerza, o puedes hacer que el agua alcance los 100°C y dejar que hierva a fuego lento. Si hierve vigorosamente el proceso será más rápido, pero corres el riesgo de perder moléculas de THC y CBD debido a la evaporación/vaporización acelerada. Hervir a fuego lento llevará más tiempo, pero probablemente así perderás menos THC y CBD (consulta nuestros artículos sobre la vaporización del cannabis para más información sobre este proceso).
Los defensores del método rápido dirán que la pérdida es mínima por lo que este método vale la pena, mientras que los que prefieren hervir a fuego lento dirán todo lo contrario. Te recomendamos que experimentes por tu cuenta y hagas lo que te dé mejor resultado. Y no olvides tapar las ollas para evitar salpicaduras.
5. Mientras hierves la mezcla, remuévela a menudo con una cuchara de madera, y rellena la olla con más agua caliente cuando el volumen original se haya reducido a la mitad. Cuanto más rápido hierva la mezcla, más a menudo tendrás que añadir agua.
6. Mantén una temperatura estable, sin dejar que la cannabutter llegue a hervir. Remueve continuamente a fuego bajo y deja reposar 2-3 horas.
7. Cuando pase este tiempo, saca la cannabutter a un recipiente resistente al calor filtrándola con un colador o una estopilla. Puedes exprimir la hierba de la estopilla, pero esto aportará más sabor a clorofila, que a mucha gente no le gusta.
Cuando acabes de colar los restos del cannabis, puedes dejarlos a un lado para usar más adelante (si quieres); por ejemplo puedes añadirlos a un aliño para ensaladas o puedes usarlos para complementar otros platos. Todavía contendrán una pequeña cantidad de cannabinoides, por lo que aún puedes aprovecharlos si quieres sacar el máximo partido a tu cosecha.
8. Ahora te queda un recipiente con una capa de grasa sobre una capa de agua. Deja el recipiente en la nevera durante toda la noche. Esto solidificará las grasas para formar tu mantequilla de cannabis.
9. Al día siguiente, retira cuidadosamente la capa de mantequilla del recipiente. Ten cuidado de no derramar la capa de agua, y evita que la mantequilla se caiga en el agua.
10. Ahora ya tienes tu mantequilla de marihuana, que puedes usar en una gran cantidad de recetas. ¡Bien hecho!
Para almacenar la mantequilla de cannabis, básicamente puedes tratarla igual que la mantequilla normal. Si vas a usarla a corto plazo, guárdala en la nevera y debería durar unas 2 semanas antes de que empiece a estropearse. Si quieres que dure más tiempo, puedes guardarla en el congelador para usarla cuando te apetezca. Pero ten en cuenta que tendrás que descongelarla antes de usarla, así que es buena idea cortarla en porciones antes de congelarla, para no tener que descongelarla toda cuando quieras usarla.
¡Ahí lo tienes! Ya tienes tu mantequilla de marihuana lista para usar en la cocina. Las posibilidades son realmente infinitas. Y teniendo en cuenta que para hacer la mantequilla simplemente usas restos de plantas que de otro modo habrían acabado en la basura o en el compost, no tienes nada que perder: ¡no te cortes a la hora de experimentar y hacer la mantequilla más sabrosa que puedas!